Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El Fondo Monetario Internacional (FMI) identificó a Estados Unidos como el motor que impulsará la economía global en 2024, gracias a un sólido gasto de los consumidores. El FMI elevó su pronóstico de crecimiento a un 2,8% para 2024 y a 2,2% en 2025, siendo la única economía avanzada con una mejora en sus proyecciones. Este desempeño estadounidense representa un alivio para las economías globales en un entorno incierto y desafiante, con volatilidad en mercados clave y ajustes de tasas de interés que impactan la inversión global.
A nivel global, el FMI anticipa un crecimiento del 3,2% para 2024, apenas inferior a su estimación anterior. A pesar de los desafíos geopolíticos y comerciales, el FMI destaca la resiliencia de economías emergentes como Brasil, India y el sudeste asiático, quienes también aportan al crecimiento mundial. En conjunto, estas economías emergentes muestran un fortalecimiento gradual de su consumo interno y una mayor integración en las cadenas de suministro, contribuyendo así a la estabilidad global.
También, la Reserva Federal (Fed por sus siglas en inglés) mostró una postura cautelosa sobre posibles ajustes en las tasas de interés, lo cual se espera mantenga la estabilidad en la economía de Estados Unidos.
Por otro lado, en el Reino Unido, el primer presupuesto del Partido Laborista en más de una década está generando expectación. La ministra de Finanzas, Rachel Reeves, presentará una propuesta enfocada en la inversión pública y en el crecimiento de infraestructura, al tiempo que busca un equilibrio en el manejo de la deuda. La confianza del consumidor cayó recientemente, pero el FMI ajustó al alza su previsión de crecimiento para el Reino Unido, pasando de 0,7% a 1,1% en 2024. Japón también evalúa el escenario global con cautela. El Banco de Japón señaló riesgos mixtos en los mercados, lo cual podría influir en futuras decisiones sobre las tasas de interés, en un contexto de volatilidad.
Asimismo el FMI también destaca que invertir en salud, especialmente en áreas como la salud femenina y enfermedades crónicas, podría impulsar el crecimiento económico. En el Reino Unido, priorizar estos sectores añadiría hasta 319 millones de libras al valor agregado bruto, demostrando cómo el fortalecimiento de la salud beneficia tanto al bienestar social como a la economía.