Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
El reciente bombardeo lanzado por Irán sobre territorio israelí hace crecer el temor por una inminente contraofensiva por parte del Gobierno de Benjamín Netanyahu, especialmente contra las centrales nucleares ubicadas en varias ciudades de Irán. Si bien el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, alertó a Israel que atacar a las instalaciones nucleares, se desataría una escalada de tensión nuclear incontrolable en la región, sin embargo, todo está ahora en manos de Israel.
Irán se convirtió en una polémica potencia nuclear a nivel mundial. En 2015, todos los países con armas nucleares firmaron el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC). El objetivo fue limitar el programa nuclear de Irán, y no proceder con el enriquecimiento de su uranio, a cambio del levantar las sanciones económicas. Además, imponía estrictos controles internacionales sobre las instalaciones atómicas del país.
Sin embargo, en 2018, el presidente Donald Trump se retiró unilateralmente del acuerdo argumentando que Irán no cumplió con el PAIC, al mismo tiempo le impuso fuertes sanciones a Irán. Por su parte, el Gobierno de Irán fue enriqueciendo progresivamente su uranio hasta llegar a 2024 con el 60%, un nivel muy elevado para las necesidades civiles y muy cerca del 90% necesario para un arma nuclear. La OIEA alertó en 2024 que Irán posee uranio enriquecido similar a los utilizados en armas nucleares.
Las instalaciones nucleares están dispersas en todo Irán, algunas bien escondidas y fortificadas para resistir posibles ataques aéreos. La más conocida es el emplazamiento de la ciudad de Natanz, situado a unos 300 kilómetros al sur de Teherán, en la provincia de Isfahán. Esta central alberga el principal centro de enriquecimiento de uranio de Irán, además, aquí funcionan miles de centrifugadoras. Es por eso que la infraestructura ha sido en reiteradas oportunidades objeto de sabotajes y ciberataques atribuidos a Israel. Tal como sucedió en 2021, cuando una explosión la dañó gravemente. Automáticamente, Teherán denunció como un acto de "terrorismo nuclear" israelí.
Por otro lado, se encuentra Fordow, cerca de la ciudad santa de Qom, al norte del país. Luego de permanecer varios años oculta, fue revelada en 2009. De acuerdo con The New York Times, que cita fuentes de la administración estadounidense, Fordow podría ser un objetivo importante en caso de un ataque israelí ya que en esta instalación Irán produce uranio altamente enriquecido con fines militares.
Aun así, el potencial nuclear de Irán no se limita a sus centrales principales. En Ispahán, se encuentra un centro de investigación nuclear y una planta de conversión de uranio. Paralelamente, en la ciudad de Arak, hay un reactor de agua pesada la cual ha provocado preocupación por su capacidad de producir plutonio idóneo para armas atómicas.
Pero, además, el emplazamiento militar de Parchin, al este de Teherán, se encuentra bajo la lupa. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) asegura que en este lugar pueden haberse llevado a cabo actividades relacionadas con el desarrollo de dispositivos nucleares, aunque Irán siempre lo negó.
Al mismo tiempo, el país islámico cuenta con mina de uranio en Saghand, provincia de Yazd, y con la planta de procesamiento de Ardakan, ambos son centros que proporcionan la materia prima para todo el programa nuclear iraní. Para proteger este material, Irán no solo construyó búnkeres subterráneos, sino que también cuenta con avanzados sistemas de defensa antiaérea alrededor de las locaciones más sensibles.
Los recientes ataques a Israel mantienen atento al mundo por una potencial respuesta dirigida a Irán y a sus centrales nucleares. El jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, aseguró que Israel atacará con "precisión y fuerza" a sus enemigos lo cual presagia una nueva escalada de tensión en Medio Oriente con resultados aun impredecibles.