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Israel e Irán se encuentran en un punto crítico de confrontación militar luego de que el Estado israelí lanzara una ofensiva aérea dirigida a sistemas y depósitos de misiles en territorio iraní, marcando una intensificación significativa del conflicto en Medio Oriente. Las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron haber atacado con éxito infraestructuras clave, incluidas las bases aéreas de Hamadan y Tabriz, así como las instalaciones nucleares de Natanz e Isfahán.
En respuesta, Irán disparó decenas de misiles balísticos hacia territorio israelí en la noche del viernes 13 de junio. "El ataque continúa. Decenas de misiles adicionales fueron lanzados hacia el Estado de Israel", declaró el ejército israelí. Las sirenas antiaéreas sonaron en varias ciudades, incluyendo Jerusalén y Eilat, mientras los sistemas defensivos interceptaban proyectiles en vuelo.
El embajador iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, denunció que el ataque israelí dejó 78 muertos y más de 320 heridos, en su mayoría civiles. "Estas atrocidades constituyen claros actos de terrorismo de Estado y una flagrante violación del derecho internacional", afirmó durante una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad.
Según medios iraníes, las defensas antiaéreas de Teherán fueron activadas para repeler la ofensiva, mientras la agencia IRNA reportó la interceptación de varios proyectiles. Paralelamente, las FDI publicaron evidencia de operativos encubiertos del Mossad dentro de Irán y admitieron haber eliminado altos mandos militares, entre ellos Amir Ali Hajizadeh y Esmail Ghaani, comandantes de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria y las Fuerzas Quds, respectivamente.
El Organismo Internacional de Energía Atómica confirmó daños estructurales en la planta de Natanz, con contaminación radiactiva que "puede ser controlada con los métodos de protección adecuados", según declaró Rafael Grossi.
Donald Trump calificó los ataques israelíes como "excelentes", mientras que Emmanuel Macron, Keir Starmer y Friedrich Merz coincidieron en destacar la importancia de la diplomacia para evitar una escalada. Por su parte, Irán calificó las acciones como una "declaración de guerra" y prometió una respuesta "contundente", según expresó el presidente Masud Pezeshkian.
En tanto, la operación israelí, denominada "León Naciente", podría prolongarse hasta dos semanas, de acuerdo con fuentes de seguridad israelíes. La comunidad internacional mantiene una vigilancia estrecha sobre la evolución de este conflicto que involucra elementos nucleares y amenaza con desestabilizar aún más la región.
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