Ciudad de México,
Axel Olivares
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Italia solicitó aplazar la firma del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, sumándose a Francia como uno de los principales opositores del tratado. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, declaró este miércoles 17 de diciembre ante el Parlamento que "sería prematuro firmar el acuerdo en los próximos días", en alusión a la intención de la Comisión Europea de cerrar el pacto este sábado 20 de diciembre en Brasil.
El tratado, negociado desde 1999, busca establecer una de las mayores zonas de libre comercio del mundo entre la UE y los países del Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, la resistencia de Francia e Italia complica la intención de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien necesita el respaldo de al menos 15 Estados miembros que representen el 65% de la población del bloque.
Meloni justificó su posición al señalar que algunas de las salvaguardias para proteger al sector agrícola italiano "no han sido concluidas". No obstante, expresó confianza en que las condiciones para aprobar el acuerdo podrían darse a inicios de 2026. La postura de Roma representa un nuevo revés para la Comisión Europea, que había reforzado su llamado a concluir el proceso de ratificación antes de fin de año.
Francia, por su parte, reiteró su negativa a avanzar con la firma. Según informó la portavoz del gobierno, Maud Bregeon, el presidente Emmanuel Macron considera que, de imponerse el acuerdo, "Francia se opondría de manera muy firme". El Parlamento francés había aprobado por unanimidad una resolución que insta al Ejecutivo a rechazar el tratado en su forma actual, principalmente por el impacto que podría generar en la agricultura nacional y por la falta de garantías ambientales equivalentes para los productos importados.
Las preocupaciones del mundo rural han tenido un papel central en la oposición. Agricultores franceses temen la entrada masiva de carne, arroz, miel y soja sudamericanos, considerados más competitivos por las diferencias en estándares de producción. El líder sindical Arnaud Rousseau llamó a Macron a "votar no" en caso de que el texto se someta a votación esta semana, coincidiendo con una manifestación prevista de 10 mil agricultores en Bruselas para el jueves 18 de diciembre.
Pese a las tensiones, la Comisión Europea ha introducido cláusulas de seguimiento para productos sensibles y ha prometido medidas en caso de desestabilización del mercado. Sin embargo, estas disposiciones aún requieren la aprobación por mayoría cualificada de los Estados miembros.
El ministro de Agricultura italiano, Francesco Lollobrigida, afirmó que "el objetivo de Italia es proteger el sistema de producción europeo", dejando abierta la posibilidad de firmar el acuerdo más adelante. Irlanda también expresó reservas. Su ministro de Estado, Thomas Byrne, adelantó que "el asunto se posponga hasta enero", aunque reconoció que el tema será debatido en la cumbre europea de esta semana.
Desde Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva continúa presionando por un desenlace favorable. El martes 16 de diciembre se comunicó con Macron y Meloni para pedirles asumir "sus responsabilidades" y permitir el avance del acuerdo.
Aunque la Comisión insiste en mantener su agenda, el creciente número de países reticentes, entre ellos Francia, Italia, Polonia y Hungría, podría conformar una minoría de bloqueo capaz de frenar cualquier avance inmediato.