Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La creciente influencia de Elon Musk en la política europea desató preocupación entre los líderes de Alemania y Francia. El empresario, quien respaldó públicamente al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y lanzó duras críticas contra dirigentes europeos, fue señalado como un factor de desestabilización en la región. Olaf Scholz y Emmanuel Macron reaccionaron con firmeza ante lo que consideran una injerencia directa en los asuntos internos de sus países, especialmente ahora que Musk se perfila como una figura clave en el próximo gobierno de Trump.
Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos, confirmó que Elon Musk formará parte de su gabinete como asesor especial en tecnología y asuntos digitales. La llegada de Trump a la Casa Blanca, prevista para las próximas semanas, generó inquietud en Europa, donde las recientes declaraciones del fundador de Tesla aumentaron la tensión política.
El primer desencuentro entre Elon Musk y el canciller alemán, Olaf Scholz, se produjo el pasado 20 de diciembre, tras un atentado en Magdeburgo. Musk exigió a través de su plataforma X la dimisión inmediata del canciller, calificándolo de "tonto incompetente". En respuesta, Scholz reafirmó la estabilidad de la democracia alemana y minimizó la influencia del magnate: "Alemania es una democracia fuerte y estable. Aquí lo que cuenta es la voluntad de los ciudadanos, no las declaraciones erráticas de un multimillonario estadounidense. Hay que mantener la calma".
No obstante, lo que más preocupa al canciller no son los ataques personales, sino el respaldo explícito de Musk al AfD, un partido de corte ultraderechista que promueve el acercamiento a Rusia y cuestiona las relaciones transatlánticas. "Lo más preocupante es que Musk haga campaña por un partido en parte de extrema derecha como la AfD, que predica el acercamiento a la Rusia de Vladímir Putin y quiere debilitar las relaciones transatlánticas", declaró Scholz.
La situación se intensificó cuando Musk anunció que participaría en un debate, el próximo 9 de enero, con la líder de AfD, Alice Weidel, a través de su plataforma X. Este evento fue interpretado por muchos sectores políticos como un intento deliberado de reforzar la imagen del partido de cara a las elecciones anticipadas del 23 de febrero.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, también se sumó a las críticas contra Elon Musk durante la conferencia anual de embajadores franceses. Macron acusó al empresario de interferir en los procesos electorales europeos y de apoyar lo que él denominó una "internacional reaccionaria".
"Hace diez años, ¿quién habría imaginado que el propietario de una de las mayores redes sociales del mundo apoyaría una nueva internacional reaccionaria e intervendría directamente en elecciones, incluida Alemania?", cuestionó el mandatario.Macron alertó sobre el creciente poder de las empresas tecnológicas y el impacto que estas tienen en las democracias liberales. "Debemos conseguir una agenda de defensa de la democracia", afirmó, destacando la necesidad de crear mecanismos de control frente al poder de las plataformas digitales.
En su discurso, Macron también confirmó la disposición de Francia a colaborar con la nueva administración estadounidense liderada por Donald Trump, quien asumirá el cargo en dos semanas. "Sabe que tiene un aliado sólido en Francia", aseguró Macron, recordando la cooperación que mantuvieron durante el primer mandato del magnate entre 2016 y 2020. Asimismo, advirtió que cualquier debilidad en la relación transatlántica podría ser aprovechada por potencias como Rusia y China.