Ciudad de México,
Francisco Vicario
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El inicio de 2025 marca un punto crítico en el que gobiernos de todo el mundo comienzan nuevos mandatos, enfrentando desafíos económicos, sociales, de seguridad, medioambientales y tecnológicos en un contexto geopolítico turbulento. Esta situación se desarrolla en medio de la disolución del orden internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial, complicando la creación de acuerdos globales para fomentar la paz y la estabilidad. Los líderes enfrentan retos específicos y buscan construir un marco de cooperación que sustituya un entorno caracterizado por incertidumbre y conflicto.
Durante 2024, conflictos como la guerra en Ucrania y la crisis en Gaza subrayaron la fragmentación del orden de seguridad global. Estas tensiones, originadas en fricciones de larga data, demostraron la incapacidad de instituciones tradicionales, como la ONU y la OMC, para mantener la paz o mediar eficazmente en disputas. La aparición de nuevos actores internacionales, incluyendo alianzas de países del Sur Global y bloques emergentes, introduce una complejidad añadida a la diplomacia. China, con su participación en iniciativas como la Organización de Cooperación de Shanghái y un posible eje Rusia-Irán-China, amplifica esta incertidumbre.
La reconfiguración de alianzas y el resurgimiento de políticas proteccionistas impactaron el comercio global. Tensiones en puntos estratégicos como el mar Rojo y el Báltico, junto con medidas proteccionistas de economías avanzadas, complicaron las cadenas de suministro y añadieron presiones inflacionarias. Iniciativas como la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos y el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera de la Unión Europea recibieron críticas de países en desarrollo al ser percibidas como políticas que acentúan las desigualdades globales.
Por su parte, el avance de la tecnología, especialmente en el ámbito de la inteligencia artificial (IA), también presenta retos significativos. A diferencia de desarrollos previos, la IA tiende a concentrar recursos y conocimiento en manos de pocos actores con acceso a capital y datos, amenazando con restringir la creación de valor y crecimiento económico a regiones específicas y dejando a otras en desventaja. Los líderes se encuentran en la encrucijada de regular estas tecnologías y, al mismo tiempo, promover un desarrollo inclusivo.
Asimismo, el cambio climático añade presión con el registro en 2023 del sobrepaso del límite de 1.5 °C de calentamiento global, lo que intensifica la necesidad de acción. Las promesas de financiamiento para apoyar a países en desarrollo no se cumplieron a la escala necesaria, evidenciando fallos en los marcos globales diseñados para mitigar sus efectos. La atención se centra en los compromisos de la COP28 y la implementación de medidas efectivas que reduzcan emisiones y mejoren la resiliencia.
Los líderes enfrentan un panorama marcado por fragmentación e incertidumbre que requiere respuestas adaptativas y colaboración. Sin un consenso mínimo y acciones conjuntas, los problemas globales tienden a intensificarse, emergiendo la urgencia de encontrar soluciones compartidas y sostenibles.