Ciudad de México,
Ali Figueroa
Crédito foto: X @NobelPrize
La Nihon Hidankyō, conocida internacionalmente como la Confederación Japonesa de Organizaciones de Afectados por las Bombas, recibió el Premio Nobel de la Paz 2024. Según el comité oficial de los premios, el 11 de octubre se reconoció el esfuerzo del activismo antinuclear de esta organización japonesa, así como los logros en materia de regulación.
El bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, realizado por Estados Unidos el 6 de agosto de 1945, es el único incidente histórico de un ataque con bomba atómica sobre la población civil. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) la detonación del arma dejó un saldo de 70 mil asesinados, y los efectos de la radiación provocaron un desastre en materia de salud pública y crisis ambiental por la intoxicación de flora y fauna.
Con motivo de la película de 2023 dirigida por Christopher Nolan, Oppenheimer, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) entrevistó al sobreviviente del bombardeo en Nagasaki, Yasuaki Yamashita. Antes de entrar a una era global marcada por la amenaza de armamento nuclear, la población civil en Japón fue víctima del uranio. Este elemento radiactivo, que dejó un embate en sus cuerpos y mentes, también marco el precedente cultural que afecta a la sociedad japonesa en 2024.
Una investigación publicada en 2020 por el Tecnológico de Monterrey (TEC) informó que los efectos de la bomba atómica en Japón, así como los crímenes de lesa humanidad cometidas por EEUU, generaron un clima de terror hacia este tipo de armamento. En este contexto, el Organismo Internacional de Energía Atómica en Viena dio un primer paso para la regulación y uso de esta energía con fines de desarrollo humanitario el 29 de julio de 1957.
Bajo la consigna de "átomos para la paz" pronunciada por el presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower en 1953, las Naciones Unidas marcaron los primeros lineamientos para la regulación armamentista. A partir de las palabras del exmandatario, quien fue responsable de orquestar el ataque en Hiroshima y Nagasaki, los países de la comunidad internacional han impulsado el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Para conmemorar los 70 años del bombardeo en Hiroshima, el Pew Research Center señaló que en 2015 más de la mitad de la población estadounidense consideró el uso de armamento nuclear en civiles japoneses como un acto justificado por la guerra. Si bien el centro de investigación señaló que actualizará sus cifras en el próximo aniversario en 2025, la investigación agregó: 79% de los japoneses no consideran justificable el bombardeo.
Asimismo, los expresidentes estadounidenses han sido cuestionados por la falta de disculpas ante el bombardeo, especialmente el ganador del Premio Nobel de la Paz Barack Obama. En este contexto de tensiones, la Nihon Hidankyō es un movimiento social que se ha enfrentado tanto a la perspectiva que justifica los bombardeos, como a las políticas de las autoridades japonesas.
Un estudio de 2018 publicado por Akiko Naono en el Asian Journal of Peacebuilding subrayó que la organización ahora ganadora del Nobel de la Paz se enfrentó al rechazo en su país. Tras décadas de esfuerzos sociales y demandas a las autoridades de defensa, Nihon Hidankyō logró dejar en la memoria colectiva el rechazo al armamento nuclear. Gracias al activismo de este grupo, así como de otras organizaciones en contra de la bomba atómica, las regulaciones han impedido nuevos episodios como el ocurrido en Japón durante 1945.