Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: X @EmmanuelMacron
El nuevo primer ministro de Canadá, Mark Carney, inició el lunes 17 de marzo su primera gira oficial en el extranjero con visitas a París y Londres, dejando en segundo plano a Washington. Esta decisión marca una diferencia con sus predecesores, quienes tradicionalmente viajaban primero a Estados Unidos debido a los estrechos vínculos económicos y políticos entre ambas naciones.
Desde el gobierno canadiense aseguraron que el objetivo del viaje es "reforzar nuestros lazos comerciales y militares con dos de nuestros socios más sólidos y confiables", según un comunicado emitido el fin de semana. La visita se produce en un contexto de creciente tensión con Estados Unidos, tras la imposición de nuevos aranceles a productos canadienses por parte del presidente estadounidense, Donald Trump.
En París, Carney se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macron. Luego, continuará su gira en Londres, donde tiene programados encuentros con el primer ministro británico, Keir Starmer, y con el rey Carlos III, jefe de Estado de Canadá.
Durante su comparecencia con Macron, Carney resaltó la histórica conexión de Canadá con Europa y declaró: "Nunca, jamás, de ninguna manera, será parte de Estados Unidos". Por su parte, el presidente francés destacó la importancia de mantener el comercio basado en normas internacionales. "Ambos creemos que un comercio justo, que respeta las reglas internacionales, es beneficioso para la prosperidad de todos y, sin duda, es más efectivo que los aranceles, que generan inflación y dañan las cadenas de suministro y nuestra integración económica", afirmó Macron.
Antes de su reunión con Macron en el Palacio del Elíseo, Carney visitó la catedral de Notre-Dame. Durante el encuentro, el presidente francés recordó el papel de los soldados canadienses en ambas guerras mundiales y el vínculo histórico entre los dos países.
El gobierno de Trump impuso aranceles al acero y aluminio canadienses e hizo declaraciones sobre la posibilidad de integrar a Canadá como el 51º estado de Estados Unidos. Estas acciones generaron descontento en la población canadiense, con llamados a boicotear productos estadounidenses y a diversificar los socios comerciales del país.
Ante este panorama, el gobierno de Carney está reconsiderando la compra de cazas F-35 fabricados en Estados Unidos, en respuesta a la guerra comercial impulsada por Trump. Paralelamente, Macron intensificó sus trabajos para reducir la dependencia de Europa respecto a la industria militar estadounidense.
Mientras Carney reafirma su política exterior en Europa, Trump anunció que sostendrá una llamada con el presidente ruso, Vladímir Putin, como parte de sus intentos de negociar el conflicto en Ucrania. Por su parte, Carney conversó con el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, a quien invitó a la cumbre del G7 que se celebrará en Canadá este verano.
Aunque no tiene previsto viajar a Washington en el corto plazo, Carney señaló que está dispuesto a reunirse con Trump si este "respeta la soberanía canadiense". Se espera que en los próximos días convoque elecciones anticipadas, con la posibilidad de celebrarlas entre finales de abril y principios de mayo.