Ciudad de México,
Álvaro Sánchez
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Una investigación reciente realizada por la Universidad de Oxford indica que la mejor estrategia a implementar para reanudar actividades en todos los países es terminar la cuarentena cuando ya se presente el mínimo de casos positivos de coronavirus para así prevenir otro brote de la enfermedad y no sobresaturar las instituciones de salud.
Muchas naciones alrededor del mundo se preparan para volver a lo que muchos han denominado la nueva normalidad, en Europa ya hace unas semanas millones de personas en España, Francia, Italia y Alemania volvieron a salir a las calles, por lo que la Unión Europea ha comenzado a generar planes para reactivar las actividades en todo su territorio, los cuales varían dependiendo de las condiciones sanitarias en cada región.
De semejante manera, en México el pasado 13 de mayo el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer el plan de reactivación de actividades en territorio nacional, dando a entender que dicho plan iniciaría primero en 15 estados que presentan un nulo número de casos positivos para después ir gradualmente reactivando otros estados hasta reanudar actividades en todo el territorio nacional.
Pero, a pesar del panorama positivo ante la emergencia sanitaria, hay una conciencia a nivel mundial de un posible rebrote de Covid-19, sobre todo porque el pasado 11 de mayo se confirmó esta situación en la ciudad de Wuhan, lo cual aviva la preocupación de los gobiernos del mundo. Debido a estas circunstancias se debe tomar muy en cuenta la manera en que se debe volver a la normalidad.
Con esta consciencia, la Universidad de Oxford realizó una investigación en la que sugiere cómo y cuándo debería volver el mundo a reactivar sus actividades. El profesor Mike Bonsall fue el encargado de dicha investigación y esta consistió en combinar un modelo estadístico matemático a uno de Exposición a Infección Susceptible (SEIR) para investigar la eficacia de dos posibles estrategias al terminar la cuarentena: reanudar actividades completamente o reanudarlas paulatinamente.
La segunda opción es la mejor, según este método, ante esta viable el profesor Bonsall declaró: "Poner fin a la cuarentena en toda la población simultáneamente es una estrategia de alto riesgo, un enfoque de reintegración gradual sería más confiable. Además, para aumentar el número de personas que pueden ser liberadas por primera vez, el confinamiento no debe finalizar hasta que el número de nuevos casos diarios confirmados alcance una cifra suficientemente baja".
Ante este resultado, dicho estudio sugiere implementar esta estrategia: liberar aproximadamente la mitad de la población de dos a cuatro semanas desde el final de un pico de infección inicial, luego esperar tres a cuatro meses para permitir un segundo pico antes de liberar a todos. Finalmente, el estudio advierte que el peor de los casos de una liberación gradual es más manejable que el peor de los casos de una liberación total.
El potencial para un gran aumento en el número de infectados agrega más evidencia a la necesidad de una mayor capacidad de prueba a medida se acerca el fin de la cuarentena. Sin embargo, al final cada nación decidirá implementar las medidas que considere necesarias en su territorio, además de que conforme pasa el tiempo las circunstancias cambian y las estrategias de levantamiento de la cuarentena podrían hacerlo también.