Ciudad de México,
Francisco Vicario
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
El 7 de mayo de 2024, Vladímir Putin pondrá su mano sobre una copia de la Constitución para iniciar otro mandato de seis años como presidente de Rusia, apenas unos meses antes de cumplir un cuarto de siglo en el poder. Durante su mandato, convirtió a Rusia en un monolito político, aplastando a la oposición, expulsando a periodistas independientes y promoviendo una fuerte devoción hacia unos conservadores valores tradicionales que marginan a muchos miembros de la sociedad.
Desde su llegada a la presidencia en funciones el último día de 1999, Putin consolidó su control, alcanzando un poder extraordinario. Eliminó a la oposición política y promovió una narrativa que glorifica su liderazgo. Además, ha fomentado una atmósfera de sumisión entre los funcionarios, que no tienen más remedio que acatar su decisión de guerra contra Ucrania. Pese a las consecuencias previsibles como aislamiento internacional, duras sanciones económicas y un elevado costo en vidas humanas para Rusia, Putin mantiene firme su paso hacia un nuevo mandato donde no hay un final a la vista.
La guerra en Ucrania sigue siendo una de las principales preocupaciones durante este nuevo mandato de Putin. Rusia realizó avances costosos y progresivos en el campo de batalla, sin señales de un cambio de rumbo en la estrategia militar. Sin embargo, esta campaña militar profundizó el aislamiento internacional del país y sometió a su economía a una presión sin precedentes debido a las sanciones. Luego de ganar las elecciones presidenciales a las que asumirá el 7 de mayo, voces del mundo reaccionaron al modelo electoral de Vladimir Putin.
Ahora, la pregunta sobre qué hará Vladimir Putin durante este nuevo mandato resuena tanto dentro como fuera de Rusia. Con su influencia indiscutible, muchos se preguntan si continuará su política de marginación de voces disidentes y perpetuará los valores tradicionales o si buscará cambios que puedan remodelar su legado. De momento, lo que parece claro es que Putin comenzará este nuevo ciclo con una posición de dominio absoluto sobre la política rusa, y la guerra en Ucrania marcará gran parte de su agenda en los próximos años.