Ciudad de México,
A Amigon
Crédito foto: Snapwire en Pexels
La decisión del Servicio de Administración Tributaria (SAT) para aumentar los supuestos por los que puede cancelar el Certificado de Sello Digital (CSD) creó polémica en sector empresarial. En tiempo de crisis económica, la cancelación del sello digital es un riesgo que ninguna empresa se puede permitir, por ello aquí algunas acciones a tener en cuenta.
Con más de 254 mil sellos cancelados por parte del SAT desde su legislación en 2014, la medida impulsada atenta contra las empresas que facturan operaciones simuladas, o factureras. Asimismo, la cancelación para toda empresa partícipe de delitos de contrabando, defraudación fiscal o el encubrimiento de cualquier delito fiscal, también afecta a quienes cumplen con sus obligaciones fiscales.
Diez nuevos supuestos fueron agregados en la Miscelánea Fiscal que modifican el Código Fiscal de la Federación (CFF) para cancelar los sellos digitales. De entre estos supuestos, la cancelación puede derivar si alguna empresa se encuentra en la lista negra del SAT o si los ingresos declarados no concuerdan con el impuesto retenido.
"La iniciativa es buena como forma de prevenir que existan empresas que facturen operaciones simuladas, así como las empresas que utilicen servicios de estas. Esta iniciativa va a afectar a muchas empresas, van a pagar justos por pecadores", declaró César Gargari Hinojosa, cofundador y CEO de Credit Brokers, en exclusiva para NotiPress.
Aunque la institución envía un oficio invitación antes de cancelar el sello para ofrecer un plazo de 10 días y así desvirtuar los hechos, las compañías mexicanas no están conformes. "Si hay una sospecha cancelan ese servicio, las empresas no pueden facturar, no pueden tener ingresos, sus clientes no le van a pagar. Al final va a concluir en que las empresas desaparezcan", afirmó Gargari.
Expertos han recomendado a las compañías mantenerse al pendiente de los nuevos supuestos para así no correr el riesgo de la cancelación de sellos digitales. Verificar la publicación quincenal de la lista negra del SAT, actualizar el domicilio fiscal, cumplir las obligaciones fiscales así como su revisión exhaustiva para evitar errores son ejemplo de estas acciones.
Otra buena estrategia ante el riesgo de cancelación es buscar información acerca de clientes y proveedores para evitar, por desconocimiento, realizar tratos con empresas factureras. Esta es una de las principales críticas a la modificación del CFF, pues si una empresa cumple con sus obligaciones fiscales aún puede recibir la cancelación mediante la única sospecha del delito.
A pesar del cuidado de cualquier compañía en no incurrir en alguno de los supuestos para incitar las sospechas del SAT, el peligro continua. La cancelación de los sellos digitales resulta una consecuencia que ninguna empresa mexicana puede permitirse, pero aunque se eviten riesgos aún puede suceder.