Foto: Lenny Kuhne on Unsplash
El fabricante de vehículos canadiense Bombardier Recreational Products (BPR) anunció el 2 de julio la construcción de una nueva planta manufacturera en Ciudad Juárez, Chihuahua. La inversión, la primera bajo el nuevo Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), se estima en 185 millones de dólares canadienses y dará empleo permanente a más de mil trabajadores.
José Boisjoli, presidente y CEO de la empresa, declaró que con esta inversión planean suplir la creciente demanda de su línea de vehículos todoterreno. Asegura que, a pesar de la pandemia, las ventas de estos productos crecieron un 35% durante mayo de 2020 en mercados minoristas. Igualmente remarcó el objetivo de seguir creciendo y eventualmente ocupar el 30% del mercado mundial en vehículos de recreación.
La compañía detalló además que es una oportunidad de generar nuevas sinergias con sus plantas previamente establecidas en Juárez y Querétaro, con el objeto de alimentar de manera más eficiente el mercado estadounidense. Según estimaciones preliminares de la propia compañía, se espera un aumento sustancial del mercado americano para el año fiscal 2021, y se calcula que la planta comience a operar en otoño del mismo año.
Según Graciela Márquez, secretaria de Economía, el nuevo tratado regional presenta oportunidades especiales para impulsar el sector manufacturero mexicano, especialmente el automotriz. En un artículo publicado por El Financiero, aseguró que: "aun cuando el nuevo régimen de origen del T-MEC presenta condiciones más estrictas al exigir mayores niveles de contenido regional, ello es un incentivo, pues motivará el desarrollo de mayor proveeduría regional, lo que también atraerá más inversiones productivas hacia América del Norte y, en particular, a México".
Dichas condiciones, concernientes al nivel mínimo de materias de origen regional requeridas para evitar penalizaciones arancelarias, prometen aumentar el nivel de involucramiento que gozan varios sectores de la economía nacional en operaciones internacionales. Esto con miras a paliar la contracción económica sufrida a raíz de la pandemia de Covid-19. Por ejemplo, las exportaciones del sector automotriz a Estados Unidos fueron de las más castigadas por la emergencia sanitaria, ya que este mercado se contrajo más del 90% durante abril y mayo.
En medio de la incertidumbre provocada por la recesión y la emergencia sanitaria, el T-MEC presenta una oportunidad de impulsar el desarrollo económico en la región norteamericana. En particular, se espera un crecimiento para la golpeada industria automotriz mexicana, uno de los sectores económicos clave del país. Si bien la participación en el mercado de los canadienses BPR podría juzgarse no tan significativa si se compara con gigantes de la industria como Nissan o Hyundai, la rapidez con la que nuevos actores buscan adaptarse al cambio de reglas comerciales parece prometedora.
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