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La pandemia de coronavirus ha mostrado cuán frágiles son las cadenas de producción en todo el mundo. Para prevenir crisis como las que se están viviendo en diferentes países Kostas Bimpikis, académico de la Universidad de Stanford, señala algunos puntos para evitar esta situación.
Aproximadamente un 72% de la fabricación de ingredientes activos para medicamentos en Estados Unidos se basa en otros países y cifras similares se encuentran en otras naciones. El confinamiento obligatorio para frenar la propagación de Covid-19 ilustra cuán extensamente está conectado el mundo y ha resaltado los riesgos involucrados en operar como si esa red no lo estuviera haciendo.
"Esta crisis de salud realmente ha demostrado cuán frágiles son esas cadenas de suministro y cuánto dependemos de ellas", indicó el profesor Bimpikis, para quien esa fragilidad es el resultado de múltiples empresas que diseñan cadenas de suministro, cada vez más complejas, que logran objetivos comerciales específicos pero no protegen la capacidad de recuperación de la red en su conjunto.
¿Cómo prevenir interrupciones tan costosas? Según Bimpikis, la respuesta está en el gobierno porque este podría tener un papel para monitorear las cadenas de suministro más importantes a fin de garantizar que continúen siendo viables incluso en tiempos de emergencia. "Las empresas crean cadenas de suministro basadas en sus propios incentivos, no en la salud de la red en su conjunto, por lo que no se puede esperar que tales redes sean óptimamente resistentes; la única forma de asegurar eso sería algún tipo de intervención gubernamental".
Muchas compañías eligen trasladar la producción al extranjero y mantener un inventario "ajustado" con el fin de reducir los costos e incrementar ganancias. Las interrupciones siempre son una amenaza, la mayoría de las empresas han tenido en cuenta ese riesgo al diseñar sus cadenas. Sin embargo, lo que generalmente no tienen en cuenta es el riesgo para la industria entera, la cual resulta de los intereses egoístas de cada empresa de la cadena.
A pesar de la crisis actual, la pandemia no cambiará las cosas, afirmó Bimpikis. Algunas empresas pueden trasladar su fabricación a India u otros países tercermundistas, corrigiendo una dependencia excesiva de China, pero las condiciones que llevaron a la externalización seguirán siendo iguales.
"Las empresas siempre necesitarán equilibrar el costo versus el riesgo", dijo, y sin los incentivos necesarios no es probable que formen cadenas de suministro muy diferentes de las actuales. Aquí es donde el gobierno podría desempeñar un papel decisivo, si consideran que garantizar la disponibilidad de ciertos bienes es fundamental para los consumidores.
Más allá de monitorear las cadenas de suministro, el gobierno podría considerar ofrecer incentivos a las empresas para construirlas de manera que sean más beneficiosas socialmente. Dichos incentivos pueden incluir exenciones de impuestos o subsidios para que produzcan en territorios de primer mundo mitigando así los riesgos de interrupción.
Asimismo surge la necesidad de crear reservas de medicamentos para tiempos de crisis, ahí también intervendría el gobierno, ya que este tiene un papel para desempeñar en la protección de los bancos y la preservación de las fuentes de energía así como si se mantiene un fondo de reserva de dinero o de petróleo, también debería hacerlo con los medicamentos.
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