Ciudad de México,
Francisco Vicario
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
La contaminación del aire se convrtió en una realidad cotidiana que afecta al 99% de la población mundial, sumando un total de 8.100 millones de personas. Este problema no solo compromete la salud de millones de personas, sino que también provoca cerca de 7 millones de muertes prematuras cada año y genera pérdidas económicas por 5,11 billones de dólares anuales, según estudios recientes presentados por el World Economic Forum (WEF). A pesar de estas cifras alarmantes, la calidad del aire sigue siendo un tema poco prioritario en la agenda mundial.
El aire limpio es un elemento crucial para la salud pública y el bienestar económico. Sin embargo, gran parte de la contaminación atmosférica es causada por actividades comerciales, donde el 71% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) desde 1988 provienen de tan solo 100 empresas. Esto pone en relieve el papel que deben desempeñar las corporaciones en la lucha contra la contaminación del aire.
Uno de los países donde las empresas tienen un impacto significativo en la contaminación del aire es India. Allí, el sector empresarial es la segunda fuente más importante de emisiones de material particulado (PM) 2,5. Las pérdidas económicas atribuidas a la mala calidad del aire ascienden a 95.000 millones de dólares anuales, lo que refleja la urgencia de que las empresas indias adopten medidas para mejorar la calidad del aire.
Para que las empresas puedan contribuir de manera efectiva a la reducción de la contaminación atmosférica, el WEF enumera cinco lecciones clave:
Establecer una justificación económica para el aire limpio: La contaminación del aire afecta directamente la productividad y el rendimiento laboral, generando pérdidas económicas considerables. Las empresas que inviertan en tecnologías limpias no solo reducirán costos a largo plazo, sino que también fortalecerán la lealtad del consumidor, especialmente en un entorno donde el 64% de los compradores valoran la sostenibilidad.
Invertir en tecnologías verdes: Reducir emisiones no es suficiente; se necesitan inversiones en tecnologías sostenibles, como energías renovables y sistemas de transporte ecológico. Esto no solo beneficia al medio ambiente, sino que también abre nuevas oportunidades de mercado para las empresas.
Mejorar el valor de la marca: Las empresas que priorizan el aire limpio no solo fortalecen su reputación, sino que también construyen relaciones más sólidas con sus proveedores y clientes. Integrar la sostenibilidad en la cadena de suministro es clave para un impacto duradero.
Implementar un plan a largo plazo: Las empresas deben comenzar con metodologías y sistemas de monitoreo para reducir la contaminación. La Alianza para un Aire Limpio ofrece guías científicas para ayudar a las corporaciones a medir y reducir sus emisiones de contaminantes del aire.
Convencer a otras empresas a seguir el ejemplo: La lucha contra la contaminación del aire debe ser una prioridad global. Las empresas tienen la capacidad de liderar este cambio y establecer un ejemplo para otros sectores.
Las empresas tienen una responsabilidad ineludible en la mejora de la calidad del aire. Invertir en tecnologías limpias no solo beneficia a las empresas mismas, sino también a las comunidades y al medio ambiente en general. La adopción de prácticas sostenibles debe ser vista como un imperativo ético y una oportunidad para generar valor económico a largo plazo.