Foto: Josue Díaz (NotiPress/Composición)
Las recientes acciones de los bancos centrales, en especial del Banco Central Europeo (BCE), generaron un intenso debate en torno al bitcoin. Un documento de trabajo publicado por Ulrich Bindseil y Jürgen Schaaf, titulado "Las consecuencias distributivas del bitcoin", sostiene que la criptomoneda incrementa las brechas de riqueza y no aporta beneficios productivos a la economía. La publicación suscitó críticas por parte de expertos, quienes argumentan que el BCE presenta una visión sesgada y carente de actualización.
El análisis del BCE considera al bitcoin un activo especulativo que favorece a los primeros inversores y, en consecuencia, aumenta la desigualdad. En su lugar, promueve las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) como una alternativa más segura y estable que el bitcoin. Sin embargo, figuras destacadas como el Dr. Murray A. Rudd, Allen Farrington, Freddie New y Dennis Porter emitieron una refutación en la que señalan fallos importantes en el enfoque del BCE. Rudd, asesor científico del Satoshi Action Fund, subrayó la importancia de cuestionar las conclusiones del documento, afirmando: "Esta crítica es esencial para garantizar que las suposiciones erróneas y los sesgos en el documento de trabajo de Bindseil y Schaaf no queden sin cuestionarse".
Los críticos, entre ellos Freddie New, director de políticas de Bitcoin Policy UK, sostienen que el BCE pasa por alto el potencial del bitcoin como reserva de valor, similar al oro, y su importancia para las personas en regímenes represivos o en contextos de remesas transfronterizas. Según New, "el hecho de no realizar una investigación actualizada realmente devalúa el valor de cualquier artículo de este tipo". Además, argumentan que la evaluación del BCE no distingue adecuadamente al bitcoin de otros activos del mercado de criptomonedas, ignorando su naturaleza descentralizada y su uso como una herramienta financiera inclusiva.
Asimismo, la refutación cuestiona la promoción de las CBDC, advirtiendo que estos activos centralizados podrían incrementar la vigilancia estatal y limitar la libertad financiera de los usuarios. Dennis Porter, director ejecutivo de Satoshi Action Fund, enfatizó que "Bitcoin permite que cualquiera se una a su red independientemente de su raza, color, sexo, religión, creencias políticas, calificación crediticia, vivienda o estado migratorio". Según Porter, las CBDC no ofrecen este nivel de inclusión y neutralidad.
Se señala además que las críticas del BCE sobre la concentración de riqueza y la volatilidad del bitcoin no toman en cuenta la creciente adopción de pequeños inversores y la distribución de activos entre las plataformas de intercambio. Las carteras más grandes, argumentan los críticos, a menudo pertenecen a estas plataformas que gestionan fondos en nombre de millones de usuarios.
En el debate sobre el impacto económico del bitcoin, la refutación destaca las innovaciones tecnológicas impulsadas, como los avances en blockchain y criptografía, elementos que el BCE no considera en su análisis. En contraste, los críticos sugieren que las recientes políticas globales y las narrativas de los bancos centrales podrían ser parte de un esfuerzo coordinado para restringir el acceso al bitcoin, promoviendo las CBDC como una forma de mantener el control sobre el sistema financiero.
Por lo tanto, el debate sobre la independencia del bitcoin y su papel en la economía mundial continúa, con críticos insistiendo en que, lejos de ser un defecto, su descentralización ofrece una alternativa crucial a las estructuras financieras tradicionales.
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