Foto: X @elonmusk
El fundador de Tesla y dueño de la plataforma X, Elon Musk, intensificó su apoyo al expresidente Donald Trump, marcando un nuevo capítulo en la intersección entre política y negocios. Según un informe de The Verge, Musk no solo respaldó públicamente a Trump para las elecciones de 2024, también invirtió cientos de millones de dólares en su campaña. A través de X, promovió de manera constante la candidatura del republicano y sugirió ideas como la creación de una comisión de eficiencia gubernamental para reformar el funcionamiento del gobierno estadounidense.
Desde las elecciones, el magnate de origen sudafricano jugó un papel activo en la planificación de un eventual segundo mandato de Donald Trump. El empresario pasó tiempo en Mar-a-Lago, donde discutió posibles nombramientos de gabinete y temas de política exterior. Además, se le vio en reuniones clave con legisladores republicanos en Washington, D.C., y según un podcast de The Verge, mantuvo conversaciones telefónicas con líderes internacionales, incluyendo al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy. En este contexto, es conocida la relación y comunicación permanente con el mandatario argentino, Javier Milei.
Una de las iniciativas más llamativas surgidas de esta colaboración es el anuncio de Trump de que Musk codirigirá el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental junto con Vivek Ramaswamy, excandidato presidencial republicano. Si bien este organismo no tiene carácter oficial, la propuesta refleja el interés de Musk en reducir la burocracia mediante recortes presupuestarios y despidos masivos. Sin embargo, estas acciones generan dudas sobre cómo afectarán a los compromisos de Musk con la lucha contra el cambio climático y el mercado de vehículos eléctricos.
Tesla, la principal fuente de ingresos de Musk, enfrenta un panorama incierto. La compañía lidera las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos y prometió avances en tecnologías como los robotaxis autónomos. No obstante, la postura de Trump, abiertamente escéptico al enfoque del cambio climático propuesto por Naciones Unidas, podría poner en riesgo los incentivos federales que impulsaron esta industria. Según el medio estadounidense, una política la cual frene la adopción de vehículos eléctricos tendría un impacto negativo no solo en Tesla, sino en todo el sector automotriz estadounidense.
Además, el vínculo entre ambos plantea un dilema estratégico para Tesla. Como líder de una empresa la cual aboga por la sostenibilidad ambiental, Musk podría enfrentar desafíos para conciliar sus principios con una agenda política que prioriza el desmantelamiento de regulaciones climáticas. Analistas señalan que esta alianza podría ser vista como un intento de Musk por proteger sus intereses en Tesla, pero también advierten sobre las repercusiones económicas y políticas las cuales podrían derivarse.
En años recientes, el gobierno de Joe Biden destinó miles de millones de dólares en incentivos para acelerar la transición hacia vehículos eléctricos y tecnologías limpias. Sin embargo, una administración liderada por Trump con una postura opuesta podría revertir estos avances, afectando tanto a los fabricantes establecidos como a los nuevos competidores.
Según The Verge, la combinación de una política contraria al cambio climático y propuestas arancelarias controversiales podría desatar una crisis en el sector automotriz. Este escenario no solo impactaría la capacidad de Tesla para mantener su liderazgo, sino también el futuro de la industria en Estados Unidos, buscando competir a nivel global en la carrera por la sostenibilidad.
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