Ciudad de México,
Ali Figueroa
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Un estudio realizado por la red de manejo sostenible Scycle informó, pese al modelo de teletrabajo y educación online el consumo de equipos electrónicos presentó bajas en la pandemia por Covid-19. Durante el primer año de la crisis sanitaria se registró una reducción de 4.9 millones de toneladas métricas de basura electrónica en el mundo como consecuencia de este indicador. Si bien las cadenas de suministros resultaron afectadas por la pandemia, lo que generó escasez de microchips, especialistas de la red indicaron que el 83% de los químicos de alta toxicidad contenidos la basura electrónica no son desechados de manera adecuada.
El manejo de basura electrónica es un tema de gran relevancia en varios sectores, y sus malas prácticas dejan un daño ecológico que incrementa la contaminación y huella de carbono. De acuerdo con el reporte No Waste Ciudad de México, dirigido por la Secretaría del Medio Ambiente, Nescafé, GNP Seguros, y otros participantes de talla internacional en sectores público y privado, al menos 13 toneladas de basura se tiran diariamente en la ciudad. Entre 2020 y 2021 la basura electrónica representó apenas 1% de los desechos, pero las dificultades para el manejo de sus componentes y subproductos químicos se mantiene como un desafío. Con respecto al país el estudió comentó, se generan mil 32 millones de toneladas métricas de estos desechos al año, lo que coloca a México entre los mayores generadores en Latinoamérica.
Aunado al efecto ecológico y ambiental como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero en su producción y manejo, la basura electrónica tiene importantes consecuencias de salud para el humano. Un estudio publicado por la revista de ciencia The Lancet informó, elementos como plomo y mercurio se presentan en la basura electrónica, y afectan a las personas debido al contacto prolongado. Este contacto se da en diferentes espacios, desde el hogar y la oficina con dispositivos descompuestos; hasta el manejo de la basura por parte del personal de limpieza.
Entre las medidas planteadas para mitigar los desechos electrónicos y su impacto es la filosofía zero waste (cero desechos), orientada principalmente al reciclaje de subproductos y componentes de riesgo. Las baterías de litio se han colocado como un residuo importante en temas de reciclaje, debido a su uso predominante en la fabricación de electrónicos. La revista sobre industria automotriz en India Autocar Professional informó, el país inició un proyecto de reciclaje de baterías de automóviles en alianza con Reino Unido. Al aprovechas sus componentes y emplearlos en otros usos, esta iniciativa busca sentar las bases para un mejor manejo de la basura electrónica.