Ciudad de México,
Francisco Vicario
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
El panorama de las cadenas de suministro globales ha cambiado drásticamente en años recientes. La pandemia de Covid-19, las tensiones comerciales entre grandes economías y las disrupciones logísticas en rutas clave revelaron la fragilidad de los modelos tradicionales, que dependen de largos trayectos y múltiples eslabones. En este nuevo orden global, la proximidad emerge como un factor crucial para la resiliencia y la competitividad de las empresas. Acercar la producción y distribución a los mercados de consumo no solo reduce los riesgos, sino que también mejora la agilidad operativa.
De acuerdo con el informe de KPMG "El beneficio de la proximidad", las empresas estadounidenses están transformando sus cadenas de suministro para adaptarse a un entorno más incierto. La proximidad geográfica está ganando relevancia como un impulsor clave para reducir los tiempos de entrega, evitar aranceles punitivos y mejorar el control sobre los procesos productivos. Esta tendencia se tradujo en un cambio hacia el strategic shoring, una estrategia que no solo acerca las operaciones a los mercados finales, sino que también las diversifica en varios países de América Latina.
El concepto de strategic shoring se refiere a la reubicación de operaciones hacia diferentes puntos del continente americano, como México, Brasil, Colombia, Canadá e incluso dentro de Estados Unidos. La idea detrás de esta estrategia es reducir la exposición a los riesgos globales, como los choques geopolíticos, los problemas logísticos o las fluctuaciones en los costos laborales, a través de una red de suministro más corta, eficiente y flexible.
Uno de los factores que más impulsa la adopción de la proximidad es la necesidad de resiliencia. Las empresas aprendieron que las cadenas de suministro largas y dispersas son vulnerables a una amplia gama de disrupciones, desde problemas climáticos hasta crisis sanitarias. Al acercar la producción a los mercados de consumo en Norteamérica, las compañías pueden reducir su dependencia de rutas comerciales críticas y asegurarse de que pueden responder rápidamente a las fluctuaciones en la demanda.
Por su parte, el informe de KPMG destaca que el 81% de los ejecutivos encuestados ya está reubicando o planea reubicar sus operaciones de producción en las Américas, lo que representa un aumento significativo respecto a años anteriores. Este cambio se debe, en gran medida, a la creciente conciencia sobre la importancia de construir cadenas de suministro más ágiles y resistentes.
La proximidad no solo mejora la resiliencia; también ofrece beneficios tangibles en términos de costos y plazos de entrega. Las empresas que adoptan el strategic shoring logran acortar los tiempos de transporte y reducir los costos asociados a tarifas y logística. Esto es particularmente relevante en sectores como el automotriz y el tecnológico, donde la rapidez de respuesta es clave para mantenerse competitivo.
Al acercar la producción, las empresas también pueden evitar los desafíos arancelarios que suelen enfrentar al importar productos desde Asia. México, en particular, se convirtió en un destino atractivo debido a su participación en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que facilita el comercio dentro de la región.
A pesar de sus beneficios, la proximidad también presenta desafíos que las empresas deben gestionar cuidadosamente. Un reto clave es la infraestructura en algunos países de América Latina, que aún requiere mejoras significativas para manejar el aumento de la actividad comercial. Además, la disponibilidad de talento especializado en algunas regiones puede limitar la capacidad de las empresas para expandirse rápidamente.
Otro desafío es la necesidad de adaptarse a las normativas locales y los cambios fiscales. Las empresas deben evaluar cuidadosamente el entorno regulatorio de cada país antes de relocalizar sus operaciones, asegurándose de que pueden aprovechar los incentivos fiscales y minimizar los riesgos legales.
En un entorno global cada vez más volátil, la proximidad se perfila como un componente fundamental para las cadenas de suministro del futuro. Las empresas que adopten estrategias como el strategic shoring estarán mejor posicionadas para responder a las fluctuaciones del mercado y mantener una ventaja competitiva. Este enfoque mejora la resiliencia y permite a las organizaciones adaptarse más rápidamente a los cambios en la demanda y mejorar su eficiencia operativa.