Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La industria farmacéutica atraviesa un momento crucial impulsado por avances científicos, los cuales permitieron el desarrollo de tratamientos que salvan vidas y mejoran la calidad de vida. Sin embargo, persisten desafíos importantes relacionados con la equidad en el acceso a medicamentos, especialmente en países de ingresos bajos y medios. Este tema cobró mayor relevancia tras la pandemia de Covid-19, evidenciando la necesidad de garantizar la accesibilidad sanitaria como un imperativo tanto ético como estratégico para el desarrollo sostenible.
El Índice de Acceso a Medicamentos 2024, una herramienta clave en la evaluación del progreso en este ámbito, revela que alrededor del 80% de la población mundial reside en países de ingresos bajos y medios. Estas regiones enfrentaron históricamente barreras significativas, incluyendo dependencia de medicamentos importados, altos costos y acceso limitado a tratamientos esenciales. Las lecciones aprendidas de crisis anteriores, como la epidemia de VIH, demostraron que las alianzas entre sectores públicos, privados e internacionales pueden generar resultados positivos. Según el informe, los esfuerzos colaborativos redujeron en más del 60% las nuevas infecciones y muertes relacionadas con el sida en las últimas décadas.
Actualmente, los desafíos van más allá de las enfermedades infecciosas. En estos países, el aumento de enfermedades no transmisibles como el cáncer, la diabetes y los trastornos cardiovasculares generaron una nueva ola de demandas en los sistemas de salud. Este cambio responde al envejecimiento poblacional y a la adopción de estilos de vida más occidentales en mercados emergentes.
Frente a este panorama, las compañías farmacéuticas tienen la oportunidad de implementar modelos innovadores, como acuerdos de licencia voluntaria y transferencias tecnológicas. Estas estrategias permiten a fabricantes locales producir medicamentos patentados, mejorando la disponibilidad a nivel regional. Además, iniciativas sin fines de lucro pueden complementar estos esfuerzos al enfocarse en poblaciones vulnerables.
A pesar del poder de innovación del sector, el alcance sigue siendo limitado en comparación con otras industrias. Empresas globales como Apple y Coca-Cola lograron establecer presencia incluso en los mercados más remotos. Sin embargo, en muchas regiones donde los medicamentos son más necesarios, aún no se garantiza su acceso. Este escenario subraya la importancia de una planificación estratégica que priorice el registro, producción y distribución optimizada de medicamentos.
El informe también señala brechas en la investigación y desarrollo (I+D) de la industria farmacéutica. Actualmente, gran parte de los recursos se concentran en enfermedades que afectan a mercados de altos ingresos, dejando desatendidas las necesidades de regiones con menos recursos. Problemas como la resistencia a los medicamentos y la creciente carga de enfermedades no transmisibles exigen soluciones integrales para responder a las demandas globales.
Los inversores juegan un rol crucial en este contexto, ya que tienen la capacidad de influir en la asignación de recursos hacia áreas prioritarias. Al apoyar proyectos que prioricen la equidad en el acceso, no solo se contribuye al fortalecimiento de la salud mundial, sino también a la apertura de nuevos mercados y oportunidades comerciales.
Finalmente, el Índice de Acceso a Medicamentos 2024 representa un llamado a la acción para el sector. Demuestra que equilibrar rentabilidad con responsabilidad social es posible y necesario.