Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La temporada alta de ventas, encabezada por el Buen Fin, representa un desafío logístico más allá del volumen comercial. Con una derrama superior a 173 mil 800 millones de pesos en 2024, esta campaña plantea interrogantes sobre la sostenibilidad en la última milla y la eficiencia en la logística inversa, temas aún poco abordados en el sector.
Conforme a DispatchTrack, empresa especializada en soluciones logísticas inteligentes, los eventos de alto volumen exigen una visión más amplia de la cadena de distribución. "Durante El Buen Fin, el volumen se multiplica y con ello la presión sobre recursos, rutas, empaques y devoluciones. Si queremos que la experiencia sea excelente — y responsable — tenemos que pensar más allá de entregar rápido", señaló a NotiPress Carlos Díaz Ojeda, director general de DispatchTrack Latinoamérica.
Estudios de la industria indican que la última milla puede representar entre el 28% y el 75% del costo total del transporte. Este componente logístico también es responsable de gran parte de la huella ambiental, lo que refuerza la necesidad de adoptar esquemas más eficientes y sostenibles.
Según Ken Research, el mercado mexicano de logística sustentable está valuado en 31 mil millones de dólares, impulsado por regulaciones ambientales, avances tecnológicos y una mayor demanda de prácticas responsables por parte de los consumidores. Díaz Ojeda añadió: "Reducir trayectos innecesarios, usar flotas eléctricas o híbridas, agrupar entregas… eso es lo que llamamos logística sustentable".
Como parte de esta visión, la empresa promueve su plataforma Digital Logistic Platform (DLP), la cual permite a sectores como retail, e-commerce, supermercados y quick commerce optimizar rutas, integrar flotas y obtener visibilidad en tiempo real. "Cada industria tiene desafíos únicos, y por eso creamos soluciones que responden con agilidad, visibilidad y control total. La última milla no debe ser un problema: debe convertirse en una ventaja competitiva", explicó Díaz Ojeda.
Otro reto relevante es la logística inversa, es decir, la gestión de devoluciones posterior al pico de ventas. Aunque la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) reportó una satisfacción del 90% en compras digitales durante el Buen Fin 2024, este proceso representa un desgaste adicional para las empresas.
Díaz Ojeda indicó que "las devoluciones son el eslabón invisible que puede erosionar la rentabilidad y la sostenibilidad de la operación". El manejo ineficiente de retornos puede implicar trayectos adicionales, nuevo uso de empaques y sobrecarga en los flujos logísticos.
Para mitigar estos efectos, la empresa recomienda el uso de tecnologías de seguimiento, consolidación de devoluciones y optimización de rutas de recolección. También sugiere diseñar políticas de devolución claras, escalables y visibles para los clientes, como parte de una experiencia de marca más sólida.
Con este contexto, las empresas participantes del Buen Fin 2025 deberán considerar estrategias que integren previsión de demanda, reducción de emisiones, centros de micro-fulfillment y puntos de recogida. "Hoy la logística ya no es solo cumplir con el cliente final, sino hacerlo con consciencia", concluyó el directivo. "El Buen Fin ya no puede medirse únicamente en ventas; debe medirse también en cómo se entrega, cómo se devuelve y qué huella dejamos."
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