Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
México se encuentra en una encrucijada energética, buscando la autosuficiencia en la producción de gasolinas para reducir la dependencia de las importaciones extranjeras. Actualmente, el país compra entre el 30 y 40% de sus gasolinas del exterior, pero con la entrada en operación de la refinería Dos Bocas, se espera disminuir esta cifra a solo 50 mil barriles en septiembre. Sin embargo, la creciente demanda podría revertir esta tendencia.
Según informó Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en su mañanera, se están construyendo dos plantas coquizadoras, con inversiones de aproximadamente 10 mil millones de dólares cada una. La planta de Tula está programada para finalizar en julio de 2024, mientras que la de Salina Cruz se espera que comience a operar en 2025.
López Obrador delineó tres estrategias para garantizar la autosuficiencia de combustibles: continuar invirtiendo en las seis refinerías existentes, Madero, Cadereyta, Minatitlán, Salina Cruz, Tula y Salamanca. Indicó que cuando llegaron tenían un 35% de capacidad productiva y actualmente es de 65% y se podría llegar a 85%. La segunda es construir una nueva refinería o adquirir una en Estados Unidos. Puso como ejemplo que la refinería Deer Park está produciendo 85% de su capacidad. Costó 600 millones de dólares, los cuales se recuperaron al año de la inversión. La decisión final recaerá en la próxima administración.
En medio de debates sobre el futuro energético de México, el presidente López Obrador ha solicitado un informe sobre las emisiones de la refinería de Cadereyta, buscando demostrar su cumplimiento con las normativas ambientales. Esta solicitud surge en respuesta a las propuestas de clausura de las refinerías de Pemex, cuestionando la viabilidad de la industria sin el petróleo y la falta de proyectos para alternativas como la energía solar y eólica.
Las inversiones en dos nuevas plantas coquizadoras y la mejora de la capacidad productiva de las refinerías heredadas son pasos clave en este proceso. La capacidad productiva ha aumentado con el objetivo de alcanzar el 85%. La decisión de construir una nueva refinería o comprar una en Estados Unidos quedará en manos de la próxima administración, comentó el presidente.
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