Ciudad de México ,
Carlos Ortíz
Crédito foto: Carlos Ortiz (NotiPress)
A diferencia de muchas multinacionales automotrices que concentran la toma de decisiones en sedes corporativas, BorgWarner implementa un modelo operativo descentralizado que otorga a cada planta un alto grado de autonomía. Denominado NAPS (Local Accountability), este sistema permite a sus unidades de negocio —incluidas las que operan en México— adaptarse con mayor rapidez a las condiciones cambiantes del entorno industrial y comercial.
Durante el Media Day Grand Prix 2025, con acceso para NotiPress, Lourdes Cobos, gerente general de la planta Turbo en Ramos Arizpe, Coahuila, explicó que bajo este modelo, cada planta tiene estructura propia, toma decisiones localmente y gestiona sus operaciones con el apoyo de funciones globales solo cuando es necesario. Esta forma de organización contrasta con el esquema tradicional de muchas firmas automotrices, donde las decisiones estratégicas y operativas suelen centralizarse en un corporativo internacional.
"El modelo NAPS nos permite operar como entidades autónomas con respaldo global", señaló Cobos, al destacar que esta flexibilidad ha sido clave para mantener la continuidad en medio de desafíos como los aranceles en Estados Unidos, las disrupciones en la cadena de suministro y los cambios en la demanda por región.
En el caso de México, donde BorgWarner cuenta con plantas como la de Ramos Arizpe y San Luis Potosí, el modelo descentralizado ha facilitado la toma de decisiones adaptadas al contexto nacional, sin necesidad de esperar aprobaciones corporativas extensas. Esto ha sido particularmente útil ante cambios regulatorios, fluctuaciones del mercado norteamericano y la necesidad de rediseñar procesos de proveeduría.
Pese a su relevancia operativa, este enfoque organizacional ha recibido poca atención mediática. La cobertura de temas industriales suele centrarse en anuncios de inversión, volúmenes de producción o apertura de plantas, dejando fuera las estructuras internas que hacen posible esos resultados. En este sentido, el caso de BorgWarner ofrece un ángulo poco explorado: cómo la gestión autónoma puede convertirse en un factor competitivo clave en un entorno de incertidumbre comercial.
El modelo NAPS refuerza, además, la capacidad de reacción ante la transformación tecnológica. Al tener control operativo local, cada unidad puede adaptar su portafolio de productos —ya sea en combustión o electrificación— de forma específica, según lo exija el mercado al que abastece. Este diseño organizativo se presenta como una alternativa frente a la rigidez administrativa que enfrentan otras corporaciones del sector.