Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Ya sea por tiempo o para "ahorrar" dinero, miles de personas prefieren pedir comida antes que cocinar o ir un restaurante. Sin embargo, entre el envío y otras comisiones, el delivery puede resultar mucho más caro de lo previsto.
Durante la pandemia, los restaurantes tenían un aforo restringido, muchos negocios recurrieron a las apps para mantener sus operaciones. A poco más de un año desde que las restricciones fueron levantadas, muchas personas continúan pidiendo antes de ir a un restaurante.
Según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), existe una serie de factores que convierten esta práctica en un agujero para el bolsillo. Esto dependerá del lugar donde se pida la comida, pues puede encarecer el pago.
Los costos de envío durante los días lluviosos aumentan considerablemente, lo cual puede dañar la cartera. De acuerdo con la Profeco en este factor interviene la demanda del restaurante y la distancia entre el restaurante y el domicilio de entrega.
El pago también se puede incrementar por las cuotas o comisiones, esto dependerá del tamaño de la orden y el porcentaje subtotal del pedido.
Incluso, algunos restaurantes llegan a inflar sus precios con el objetivo de recuperar la comisión de las apps de delivery. En promedio, Rappi, DiDi y Uber Eats llegan a solicitar entre un 22 y hasta 30 por ciento sobre el precio del producto, más IVA.
Además, otro punto a destacar es que la inflación puede llegar a afectar el precio de los alimentos. Aunque la inflación se ha desacelerado en los últimos meses, todavía sigue teniendo ciertas repercusiones en los productos de la comida.
La mejor opción para resguardar el bolsillo es cocinar en casa, pues mientras preparar alimentos en casa puede llegar a costar 23 pesos, en las aplicaciones puede ascender hasta los 227 pesos. Por lo cual, lo mejor es ver el delivery como un gusto que se da de vez en cuando o cuando sea una emergencia.
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