Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El principal componente para un funcionamiento estable del mercado es la propiedad privada. Sin embargo, a lo largo de los años el concepto "propiedad" ha sido blanco tanto de cuestionamientos como de reflexiones por su naturaleza intrínseca. Entre las tensiones políticas e ideológicas, la propiedad desde su connotación positiva y negativa ha sido el ingrediente fundamental en los discursos que presentan un orden social ideal.
Así, para el marxismo, la propiedad significa un acaparamiento injusto por parte de la superestructura para tener el control de los medios de producción. No obstante, para libertarios como Murray Rothbard, propiedad significa civilización e "implica el derecho a encontrar y transformar recursos: a producir aquello que sostiene y promueve la vida", menciona el Instituto Mises.
Según Joakim Book, economista de la Universidad de Glasgow y de la Universidad de Oxford y becado del Instituto Mises, en lugar de tener un sistema elaborado para determinar el fin colectivo más vital de los derechos de propiedad y cuáles son los medios para lograrlo, las sociedades optan por descentralizar radicalmente la decisión dejando a cada propietario decidir cómo y cuándo manejarlos. Book afirma que el ser humano utiliza la propiedad como una herramienta para decidir cómo administrar los recursos.
Aunado a ello, Book menciona la escasez como el problema que da inicio a esta actividad económica. A través de la escasez, un bien adquiere valor y competitividad. Por lo tanto, explica Book, cuando un producto abunda a tal punto de que se encuentra al alcance de todo el mundo, pierde su valor económico.
Book cita como ejemplo a la industria musical, la cual sufrió el mayor impacto de su historia cuando Internet y el formato MP3 liberó el catálogo de los músicos para su descarga gratuita. "Los archivos informáticos, como la música grabada, dejaron de ser rivales y (al margen de algunos gigantes empresariales y sus esfuerzos de lobby) se volvieron infinitamente copiables y no excluibles. Los archivos, por tanto, no son propiedad, ya que no son escasos.", afirma Book.
De este modo, Book asegura, "no mereces una compensación económica por tu arduo trabajo de respirar, ni por ser una buena persona con los demás", así, para Book solo los productos que pueden presentar escasez pueden aspirar a un valor comercial. "Mereces una compensación económica cuando utilizaste recursos escasos para generar valor para otros", apunta Book.
Con el ejemplo de la música, el economista sugiere, la propiedad intelectual no debería ser una propiedad privada, pues esta no viene de la escasez. Por lo cual, reflexiona, el fin de monetizar la propiedad privada solo atiende a monopolizar un recurso que debería ser gratuito y asequible para todos. Ante esto, asevera, las patentes son un medio para utilizar la ley y monopolizar un recurso que tendría que ser gratuito y replicable.
Si bien, la propiedad privada debe estar relacionada con el mundo físico y la escasez de los recursos, la actividad económica se sirve de este concepto para crear una rivalidad en recursos que no son escasos, como la propiedad intelectual, convirtiéndolos en productos rentables que se sostiene mediante la ley de las patentes.
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