Ciudad de México ,
Carlos Ortíz
Crédito foto: Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural
Durante las celebraciones decembrinas, millones de hogares en México brindan con sidra, una bebida de sabor dulce y burbujeante cuyo proceso de elaboración puede tomar hasta dos años. Es por eso que en 2025 la sidra comercializada fue producida con manzanas cosechadas en 2023, debido a que su fermentación requiere al menos doce meses.
La producción de sidra en el país se concentra principalmente en el estado de Puebla, especialmente en los municipios de Zacatlán, Huejotzingo, Chignahuapan, Esperanza y Tlachichuca. En estas regiones, comunidades agrícolas transforman la manzana criolla en una bebida tradicional que acompaña cenas y brindis de fin de año.
Según datos de la Dirección General del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (DGSIAP), Puebla produjo 18 mil 494 toneladas de manzana criolla en 2024, de un total nacional de 34 mil 348 toneladas. Esta producción representó un valor de 106 millones 704 mil pesos en el estado, mientras que el valor nacional ascendió a 257 millones 378 mil pesos.
La sidra mexicana se distingue por su sabor dulce, a diferencia de variantes más ácidas como la elaborada en Asturias, España. En esa región europea surgió una sidra burbujeante reconocida por su carácter distintivo, influenciada por métodos de fermentación que perfeccionaron los árabes durante su dominio en la península ibérica.
En el caso mexicano, la variedad criolla de manzana, derivada de la red delicious, es la más utilizada por su sabor ácido al ser cortada y su dulzura tras madurar. Otras variedades empleadas en la producción son gala, golden delicious, rome, top red, starking y red chief.
Además de su valor cultural y económico, la sidra posee propiedades digestivas. De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, esta bebida contiene entre 3% y 8% de alcohol por volumen, y aporta cerca de 52 calorías por cada 100 cc. Su composición incluye polifenoles como la quercetina, asociados con beneficios como el control del azúcar en sangre, eliminación de ácido úrico y efecto diurético.
El proceso de producción de sidra requiere planificación y trabajo agrícola sostenido. Cada botella representa el esfuerzo de familias campesinas que cultivan, seleccionan y fermentan la fruta con meses de anticipación. Puebla encabeza el volumen de producción nacional, por encima de entidades como Chihuahua, Querétaro, Durango y Coahuila.
Una investigación de la misma Secretaría señala que la sidra era conocida por civilizaciones como la hebrea, egipcia y griega desde el siglo XIII. Con el paso del tiempo, su producción evolucionó en diversas culturas hasta consolidarse como una bebida emblemática de celebraciones, especialmente en México, donde mantiene una fuerte conexión con las tradiciones de fin de año.