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Un 80% del comercio global se realiza a través de vías marítimas, lo que convierte a los puertos en piezas fundamentales de la economía global. Estos nodos no solo sostienen actividades tradicionales como la construcción naval y la carga, sino que también apoyan industrias relacionadas con la pesca, el turismo y la defensa. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la economía oceánica podría duplicarse alcanzando los 3 billones de dólares para 2030, en caso de mantener las operaciones actuales.
Dentro de este contexto, los puertos juegan un papel crucial en la expansión sostenible de la llamada "economía azul" la cual se centra en el uso responsable de los recursos oceánicos. Como señala el Banco Mundial, esta economía busca el crecimiento económico y la creación de empleo, preservando al mismo tiempo la salud de los ecosistemas marinos. El World Economic Forum (WEF) resalta que la colaboración público-privada es esencial para que los puertos puedan funcionar como promotores ambientales, implementando tecnologías innovadoras que protejan los ecosistemas costeros y fomenten la sostenibilidad.
Puertos como promotores de la innovación y la sostenibilidad
Uno de los puertos más destacados es el de San Diego que desde 2016 impulsa la "Incubadora de Economía Azul". Este programa ha lanzado proyectos piloto que promueven soluciones innovadoras como la acuicultura sostenible y la remediación ambiental. El WEF destaca la importancia de estos modelos de negocio en el impulso de la economía azul, no solo por su capacidad de apoyar la innovación y el emprendimiento, sino por su papel clave en la adaptación de infraestructuras costeras al cambio climático.
Asimismo, iniciativas como las de ECOncrete en San Diego son estructuras marinas de hormigón que no afecten a la naturaleza y muestran cómo los puertos pueden ser aliados del medio ambiente. Este proyecto atrajo docenas de especies marinas en tan solo dos meses, demostrando que la tecnología y la sostenibilidad pueden trabajar de la mano en beneficio de los ecosistemas y la infraestructura costera.
Nuevos modelos de colaboración para una economía azul global
El WEF subraya que los puertos no deben limitarse a ser simples centros logísticos, sino que también deben convertirse en incubadoras de innovación y tecnología. Un futuro en el cual más puertos puedan probar y escalar soluciones tecnológicas, como lo hacen en San Diego, puede ser clave para enfrentar los desafíos del cambio climático y la conservación marina.
Algunos ejemplos de estos modelos emergentes incluyen la iniciativa StartBlue en San Diego, y AltaSea en Los Ángeles, ambas destinadas a incubar startups relacionadas con la economía azul. Más al norte, Washington Maritime Blue en el puerto de Seattle forja alianzas para acelerar la innovación en este ámbito.
En el Día Marítimo Mundial, el WEF resalta la importancia de reconocer la importancia de los puertos no solo en el comercio global, sino también como catalizadores de la innovación en la economía azul. La organización sostiene que un enfoque colaborativo entre el sector público y privado permitirá avanzar hacia un futuro marítimo más sostenible, capaz de enfrentar los retos globales más urgentes.
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