Ciudad de México,
Sergio F Cara
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
En un contexto global cada vez más inestable, marcado por la pandemia de Covid-19, tensiones geopolíticas y crisis logísticas como el bloqueo del Canal de Suez, las empresas identificaron una vulnerabilidad clave: la dependencia de cadenas de suministro largas y dispersas. Para contrarrestar estas debilidades, muchas organizaciones están optando por el strategic shoring, una estrategia de relocalización que busca acercar la producción y la distribución a sus mercados clave.
Así, el término strategic shoring hace referencia a la reubicación deliberada de operaciones, trasladando eslabones críticos de las cadenas de suministro hacia países cercanos dentro del continente americano, con el objetivo de reducir la exposición a riesgos globales y mejorar la eficiencia. A diferencia del concepto de nearshoring, que se limita generalmente a la transferencia de operaciones de Asia a México, el strategic shoring abarca una visión más amplia, incorporando países como Centroamérica, América del Sur, Canadá y Estados Unidos.
Una de las principales ventajas del strategic shoring es la proximidad a los mercados de consumo, lo que reduce los plazos de entrega y permite una mayor agilidad para ajustarse a la demanda cambiante. En lugar de depender de rutas globales que pueden ser vulnerables a interrupciones, las empresas pueden reestructurar sus cadenas para mejorar su estabilidad y reducir costos asociados a tarifas y transporte.
De acuerdo con el informe de KPMG "El beneficio de la proximidad" al que tuvo acceso NotiPress, el 81% de los ejecutivos encuestados señaló que, tras completar las reubicaciones de sus cadenas, la mayor parte de las operaciones estarán ubicadas en las Américas. Esto no solo responde a la necesidad de minimizar riesgos geopolíticos, sino también a los beneficios económicos que ofrecen países como México, Brasil y Colombia, que cuentan con mano de obra competitiva y acuerdos comerciales ventajosos, como el T-MEC en el caso de México.
La tendencia del strategic shoring está impulsando una nueva ola de inversión en América Latina. La inversión extranjera directa (IED) en México alcanzó un máximo histórico en 2023, gracias a empresas que trasladaron operaciones desde Asia y Europa. Según el informe, muchas compañías buscan reducir su dependencia de proveedores asiáticos, sin renunciar a los beneficios de costos competitivos. El modelo China Plus One, que combina producción en China y otro país, es un ejemplo de esta diversificación.
Además de las ventajas logísticas, las empresas que optan por el strategic shoring también pueden acceder a incentivos fiscales y tratados de libre comercio que facilitan la entrada de productos a Norteamérica. Esto les permite beneficiarse de reducciones arancelarias y ventajas fiscales en sectores clave como la manufactura, automotriz y electrónica.
Sin embargo, esta estrategia no está exenta de desafíos. Las compañías deben evaluar cuidadosamente qué operaciones reubicar y dónde, asegurándose de contar con una cadena de suministro bien integrada y adaptada a las condiciones locales. Esto incluye considerar factores como la disponibilidad de talento, infraestructura y estabilidad política.
El strategic shoring se presenta como una solución robusta para las empresas que buscan aumentar su resiliencia ante la incertidumbre global. Esta tendencia no solo promete transformar la geografía de las cadenas de suministro, sino que también tiene el potencial de revitalizar las economías de América Latina y Norteamérica, impulsando el comercio regional y generando oportunidades para una nueva era de integración económica.