Ciudad de México ,
Carlos Ortíz
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La posibilidad de construir centros de datos en la Luna, un concepto antes reservado a la ciencia ficción, comienza a perfilarse como un frente tecnológico y financiero clave para el futuro de la infraestructura digital. Aunque el proyecto aún se encuentra en fase conceptual —con apenas un 5% de avance, según Panduit—, las primeras pruebas ya han sido realizadas por Lonestar Data Holdings, empresa pionera en este campo, lo que abre la puerta a una competencia entre gobiernos, startups e inversionistas por controlar el primer ecosistema digital fuera de la Tierra.
El desafío no es solo de ingeniería. La financiación y las alianzas estratégicas determinarán qué actores logran posicionarse en este sector emergente. Panduit, compañía global especializada en conectividad e infraestructura eléctrica, analiza que la visión apunta a centros de datos autónomos, operados por robots con inteligencia artificial, capaces de tomar decisiones en tiempo real en condiciones extremas de radiación, baja gravedad y temperaturas que oscilan entre 127 °C y –173 °C, de acuerdo con la NASA.
Para respaldar estas operaciones y utilizar el puente para la transferencia de datos, se contempla desplegar una red satelital lunar, inspirada en modelos como Starlink, que permitiría enviar datos a gobiernos, universidades y empresas en la Tierra. También se estudia el uso de fibra óptica avanzada como soporte para procesar grandes volúmenes de información. La ciberseguridad y la latencia de transmisión son considerados obstáculos críticos.
En palabras de Víctor Juárez, gerente de desarrollo para centros de datos en Panduit LATAM, el objetivo es diseñar infraestructura con una vida útil prolongada, mínima intervención humana y alto nivel de autonomía. Esto incluye modelos híbridos ensamblados en la Tierra y completados en la Luna, alimentados con energías renovables. "La Luna podría convertirse en el próximo gran refugio digital de la humanidad", destacó para NotiPress.
Además del componente tecnológico y la innovación en los centros de datos terrestres, el ángulo financiero comienza a ser más visible. Lonestar Data Holdings, que ya realizó pruebas iniciales en la superficie lunar, ha atraído la atención de inversionistas privados que buscan adelantarse a un mercado potencialmente multimillonario.El próximo paso será definir la regulación internacional que determine qué actores podrán operar y bajo qué marcos legales.
Para SAS, empresa pionera en inteligencia artificial, el desarrollo de algoritmos capaces de automatizar procesos de decisión en entornos hostiles será un factor clave para atraer inversión y garantizar la viabilidad de estos proyectos. La combinación de IA y machine learning se perfila como la herramienta estratégica para reducir riesgos y acelerar los tiempos de despliegue.
El futuro de la infraestructura digital podría tener como escenario la Luna, pero el verdadero desafío inmediato será quién financie y controle la primera red fuera del planeta. Entre startups innovadoras, grandes corporaciones de tecnología y gobiernos con interés estratégico, la carrera ya comenzó.