Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Un informe de la consultora McKinsey & Company estima que la demanda de energía de los centros de datos en Europa se triplicará para 2030. Este incremento estaría impulsado por la inteligencia artificial y el almacenamiento en la nube, lo cual requiere una capacidad energética mucho mayor a la habitual.
Dicha investigación, la cual abarca la Unión Europea, Noruega, Suiza y el Reino Unido, señala que la demanda de carga de TI de los centros de datos podría aumentar de 10 gigavatios (GW) en 2023 a 35 GW en 2030. Este cambio representa una expansión notable en el consumo energético, esperando que pase de 62 teravatios hora (TWh) actuales a 150 TWh al final de la década.
Este aumento en la demanda energética demandará, según el informe, una inversión de aproximadamente 250 mil millones de dólares. Estas inversiones se destinarían a infraestructura energética y sistemas sostenibles de generación de electricidad, para satisfacer la demanda y mantener al mismo tiempo el compromiso de reducción de emisiones en la región.
A medida que el uso de centros de datos continúa en expansión, el consumo de energía en Europa aumentará y desafiará los límites de su actual infraestructura eléctrica. Para enfrentar este reto, la región deberá adoptar fuentes de energía bajas en carbono, como la energía solar, eólica y otras renovables, con el objetivo de que la transformación digital se mantenga alineada con las metas climáticas europeas.
Con este panorama, las empresas del sector tecnológico y energético están explorando soluciones innovadoras que incluyan mejoras en la eficiencia energética y tecnologías de refrigeración sostenibles para reducir el consumo de energía. La eficiencia energética y el uso de tecnologías avanzadas serán clave para mitigar los impactos ambientales y evitar un alza de costos en los próximos años.
El crecimiento anticipado en el uso de centros de datos y su consumo de energía en Europa enfatiza la necesidad de una planificación energética integral. Se requiere un abordaje para contemplar tanto las demandas de la tecnología moderna como los compromisos de sostenibilidad asumidos por la región. Así, los centros de datos europeos podrían ser esenciales para la transformación digital, pero también representarán uno de los desafíos más significativos para la transición energética en Europa hacia el año 2030.