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La importancia de la tecnología ha aumentado en todos los sectores económicos, especialmente en aquellos que garantizan la continuidad de los negocios de una nación. Pero así como aumentó la digitalización, también incrementó la ciberdelincuencia y los ataques a infraestructuras críticas han sido una de las mayores amenazas en los años más recientes a nivel global. Según Verizon Data Breach, los ciberataques aumentaron en 2018 un 12% y en 2019 un 23%; asimismo el Instituto Ponemon indica el 50% las organizaciones a nivel mundial sufre al menos un ataque anualmente. Dicha problemática genera pérdidas millonarias y por ello, diversos medios señalan digitalizar la infraestructura crítica es una prioridad ante ciberseguridad.
Casi todos los edificios requieren energía constante y confiable, esto es más fundamental en las infraestructuras críticas. Una pérdida de energía no es sólo un inconveniente financiero, sino una amenaza a la vida humana. Espacios como hospitales e instituciones financieras deben garantizar el suministro de energía bajo cualquier circunstancia. Desde la iluminación hasta el extintor de incendios gestionan los recursos de las infraestructuras críticas, sin embargo, también constituyen puntos de entrada a los ciberdelincuentes.
Entre los sectores más atacados se encuentran el energético, salud y transporte, siendo el primero el más afectado. Un cibercriminal financiado por otra nación puede sabotear un país, robar información, dejarlo sin energía, descarrilar trenes o estrellar aviones. Dos ejemplos ilustran la importancia de digitalizar la infraestructura crítica, el primero es el ciberataque a Pemex en 2019, que afectó operaciones de las terminales de almacenamiento y despacho. El segundo es el ataque hecho por un grupo de ciberdelincuentes en Ucrania en 2018, que dejó sin energía a empresas, hospitales, centros de distribución y subestaciones energéticas y afectó a más de 230 mil personas.
Ante este panorama, no basta con incluir protección en los equipos y sistemas de TI, sino que la estrategia debe abarcar todos los recursos, incluyendo la tecnología operacional, asegura la empresa Genetec. Toda infraestructura crítica requiere tecnología innovadora que le permita operar eficientemente, prevenir fallas, además de contar con las herramientas para adaptarse y tener una capacidad de respuesta rápida.
Hoy día, hay claros ejemplos de esta infraestructura crítica en Latinoamérica, que ya utilizan sistemas de seguridad para cubrir sus necesidades actuales y futuras, por ejemplo, YPF en Argentina y Vale en Brasil, empresas dedicadas a la producción de petróleo y minerales. Ahora más que nunca se emplea la tecnología en estas dos industrias para una óptima gestión de la seguridad, porque los riesgos son constantes al usar maquinaria pesada, explosivos y las condiciones peligrosas de los trabajadores. Un error en estas industrias causa grandes pérdidas monetarias y vidas humanas, por ello es indispensable usar nuevas tecnologías que protejan la producción y a los trabajadores.
Para hacer todo más seguro, se utilizan en la industria sistemas con cierto grado de capacidad de procesamiento. Por ejemplo, los sistemas de automatización de edificios, sistemas de monitorización de energía eléctrica o plataformas de gestión de la infraestructura del centro de datos, explica José Afonso, director de commercial building en Eaton Iberia.
Digitalizar la infraestructura crítica es una prioridad ante ciberseguridad y debe convertirse en una de las principales preocupaciones en cuanto a seguridad gubernamental se refiere. Sobre todo porque en los gobiernos y en hospitales, los presupuestos de TI generalmente son ajustados, tienden a exhibir redes planas, software heredado sin parches y sistemas operativos caducos, señala Dave Klein, director de ciberseguridad en Guardicore. Asimismo, el panorama de amenazas en evolución y las regulaciones obligan a la industria a evolucionar, por ello, dar el paso hacia la transformación e innovación digital es vital.
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