Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El diseño centrado en las personas está transformando la manera en que las tecnologías emergentes se desarrollan e implementan, priorizando los derechos humanos, la accesibilidad y la sostenibilidad social. Esta perspectiva es esencial para garantizar que las innovaciones digitales tengan un impacto positivo en la sociedad, promoviendo valores de privacidad, transparencia e inclusión.
Se puede ver en la publicación Defining & Building the Metaverse Initiative, como exploran los principios fundamentales para integrar estos valores en el ciclo de vida tecnológico. Este diseño no solo busca mejorar la experiencia del usuario, sino también abordar dilemas éticos y sociales. Por ejemplo, prácticas comunes como el uso de cookies para personalizar interacciones digitales pueden comprometer la privacidad de los usuarios, una tensión la cual debe gestionarse cuidadosamente.
Tecnologías inclusivas y accesibles
La accesibilidad es un componente esencial en este paradigma de diseño. Las interfaces deben adaptarse a las diversas necesidades de los usuarios, incorporando tecnologías de asistencia y elementos que reflejen la diversidad cultural, social y lingüística. Estas características permiten experiencias inclusivas y fomentan la equidad en la interacción con herramientas digitales.
Además, las prácticas de gobernanza juegan un rol crucial. Políticas claras y controles estrictos deben guiar el diseño tecnológico, estableciendo estándares que aseguren la protección de los derechos humanos y la transparencia en el uso de datos.
Innovación en el metaverso
El metaverso es un claro ejemplo de la integración del diseño centrado en las personas en tecnologías emergentes. Realidades extendidas, entre ellas la realidad aumentada (RA) y la realidad mixta (RM), están revolucionando la forma en que los usuarios interactúan con el entorno digital. Dispositivos como Apple Vision Pro ofrecen experiencias inmersivas fusionando lo físico y lo digital, mientras que plataformas como Character.ai generan interacciones basadas en inteligencia artificial.
Imaginemos un escenario donde, desde la sala de estar, es posible realizar múltiples actividades en entornos virtuales: participar en chats grupales con amigos reales y digitales, proyectar hologramas para tareas cotidianas o disfrutar de eventos en vivo a través de realidad aumentada. Estas experiencias muestran la importancia de un diseño ético que contemple el impacto social de estas tecnologías.
A medida que el internet evoluciona, el diseño centrado en las personas debería pasar de ser una excepción a convertirse en la norma. Este abordaje garantiza que las tecnologías digitales no solo sean funcionales, sino también responsables y sostenibles. La gobernanza independiente y el compromiso con valores fundamentales podrían ser esenciales para construir un futuro digital inclusivo y respetuoso con los derechos humanos.
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