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La compañía de cohetes SpaceX recientemente lanzó un sistema de cientos de satélites llamado Starlink, con el objetivo de proporcionar servicio de internet a áreas de difícil acceso. Esta megaconstelación hecha por el hombre despertó la inconformidad de los astrónomos ópticos y radioastrónomos debido a las rayas brillantes que dejan en los campos de visión de los telescopios, además están preocupados porque la Matriz de Kilómetros Cuadrados de Radiotelescopios (SKA, por sus siglas en inglés) publicó un análisis del impacto que Starlink y otras estructuras artificales tendrían en la matriz.
Especialistas en SKA afirman que esta interferencia afectará los canales de radio en los cuadrantes donde están localizados los telescopios, dificultando las búsquedas de moléculas orgánicas en el espacio, así como moléculas de agua utilizadas como marcador clave en cosmología. Ante esta situación, SpaceX declaró que promete abordar la inquietud de los científicos, aunque los radioastrónomos también buscan iniciativas más estrictas para esta situación.
Por otra parte, la Administración en Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA, por sus siglas en inglés) discutió el análisis puntual de SKA, considerando varias formas de evitar que los satélites contaminen el cielo nocturno con señales de luz y radio. "El espectro de radio es un recurso que está siendo consumido por empresas privadas y normalmente no tienen en cuenta la ciencia", afirmó Michael Garret, director del Centro de Astrofísica Jodrell Bank en el Reino Unido. En tanto, los astrónomos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) esperan que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pueda intervenir para regular cualquier aspecto relacionado con el espacio y su aprovechamiento para fines científicos.
A grandes rasgos, el análisis de SKA explica que el observatorio de radio más grande del mundo ubicado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica y otra parte en Geraldton, Australia utiliza la misma banda de frecuencia que los satélites Starlink para transmitir señales de Internet ocupando una parte considerable de las frecuencias (entre 10.7 a 12.7 Gigahercios) dentro de un rango conocido como banda 5b. La organización obtuvo los resultados del calculó el impacto de 64 mil satélites además de calcular el conteo exacto de las fugas de señal, denominadas lóbulos laterales.
SKA destacó que los radiotelescopios podrían perder sensibilidad a moléculas como el aminoácido más simple, la glicina: "Si se detectara un sistema planetario el cual estaba formado, sería una pieza muy importante y perder esa información sería irreversible". Explicó Garret quien subrayó que las bandas de frecuencia de estos artefactos ópticos podrían contener las huellas digitales de moléculas de agua en galaxias distantes, un factor esencial para los cosmólogos quienes estudian la energía oscura y el funcionamiento de la expansión del universo.
Hasta el momento, SpaceX está transmitiendo legalmente dentro de una de sus bandas y está consciente de que habrá impacto en el mundo de la radioastronomía, pues estas asignaciones de espectro representan los objetivos y la intención de la sociedad por investigar el universo. No obstante, la comunidad científica pretende coexistir compartiendo las radiofrecuencias de SKA para futuros proyectos espaciales siempre y cuando existan iniciativas para el control de su uso y se respete el espacio donde permite a los telescopios operar desde 1959.
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