Ciudad de México,
Francisco Vicario
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Expertos explican que el temido megaterremoto conocido como el "Big One", originado por la falla de San Andrés (San Andreas Fault en inglés), podría estar más cerca de lo esperado. Según las estimaciones, este evento tiene el potencial de afectar a millones de personas, desde California, Estados Unidos, hasta Baja California, México. A partir de estudios recientes, los investigadores sugieren que podría producirse dentro de las próximas tres décadas.
De acuerdo al registro pasado histórico de la falla de San Andrés, se señala que los sismos más destructivos suelen repetirse aproximadamente cada 150 años. El más reciente gran terremoto en la región de San Francisco ocurrió en 1906, mientras que en el sur de California el más reciente fue en 1857. Estas evidencias hacen que la probabilidad de un nuevo megasismo aumente significativamente en los próximos años.
La falla de San Andrés, con una longitud de más de 1,300 kilómetros, atraviesa ciudades densamente pobladas como San Francisco, Los Ángeles y San José. Esta estructura tectónica marca el límite entre la placa del Pacífico y la placa Norteamericana, zonas donde la fricción entre las placas genera una acumulación de energía que, al liberarse, provoca terremotos.
Si bien esta falla es responsable de varios de los sismos más devastadores en la historia de California, el "Big One" es considerado uno de los eventos más temidos. Los expertos prevén que, de activarse, podría tener una magnitud cercana a los 8 grados y causar una destrucción masiva en un radio de 160 kilómetros.
El impacto previsto incluiría la destrucción de hasta 17,000 edificaciones de concreto en las zonas más vulnerables y una interrupción significativa en los servicios básicos. Ciudades como Los Ángeles y San Francisco se verían gravemente afectadas, junto con la región de Baja California en México.
Japón, uno de los países más avanzados en la detección y manejo de desastres sísmicos, ofrece lecciones clave para la región de California y Baja California. En 2021, tras un sismo de magnitud 7,1 en la isla de Kyushu, las autoridades japonesas emitieron una alerta de "megaterremoto" debido al riesgo de que este temblor provocara una mayor actividad en la fosa de Nankai, una de las fallas más peligrosas del país.
Así, la experiencia japonesa pone en relieve la importancia de la anticipación y la preparación. Tras la alerta, se cerraron playas, se cancelaron eventos públicos y se alentó a la población a abastecerse de suministros de emergencia. Los expertos estadounidenses, como Harold Tobin, sismólogo del estado de Washington, señalan que un enfoque similar podría ser vital si se presentaran señales de un inminente megaterremoto en la falla de San Andrés.
A pesar de las proyecciones sobre el "Big One", los científicos advierten que las estimaciones no pueden considerarse predicciones precisas. Actualmente, no existe un método confiable para prever cuándo ocurrirá un terremoto, por lo que, aunque la probabilidad de un megasismo aumenta con el paso del tiempo, no se puede determinar con certeza cuándo se liberará la energía acumulada en la falla de San Andrés.