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A pocos meses de las elecciones de 2024, las empresas de tecnología electoral en Estados Unidos enfrentan una crisis de confianza que amenaza su credibilidad. Tras la contienda de 2020, figuras políticas como Donald Trump acusaron a empresas como Smartmatic y Dominion de manipular resultados a favor de Joe Biden. Las acusaciones, repetidas en medios conservadores y redes sociales, generaron dudas que persisten en sectores de la ciudadanía estadounidense.
En 2020, los abogados de Trump, como Sidney Powell y Rudy Giuliani, presentaron varias demandas basadas en acusaciones sin pruebas, lo cual intensificó la controversia. Exempleados, como Ed Smith de Smartmatic, sufrieron amenazas personales en sus hogares y en línea, aumentando la sensación de inseguridad en la industria. "La gente me amenazaba, querían venir a mi casa y mostrarme algo de cariño", recuerda Smith sobre el clima de hostilidad los cuales enfrentaron.
Cuatro años después, Smartmatic y Dominion intentan reconstruir su credibilidad entre los votantes estadounidenses. Las empresas implementaron nuevas estrategias de comunicación, incluyendo manuales informativos los cuales desmienten teorías conspirativas e instruyen a los ciudadanos sobre el funcionamiento de sus sistemas. Desde 2016, Smartmatic impulsó la publicación de guías ayudando a funcionarios electorales a combatir la desinformación mediante auditorías de medios y mensajes claros.
Sin embargo, el camino hacia la confianza pública sigue siendo un reto, especialmente cuando algunos sectores cuestionan la legitimidad de instituciones encargadas de regular el proceso electoral. Sara Cutter, directora del American Council for Election Technology (ACET), destaca que las empresas no rehúyen el escrutinio público. Cutter señala que el problema comienza cuando la vigilancia se convierte en sospecha y la desinformación ocupa el vacío, debilitando la confianza pública en la tecnología electoral.
Ante la persistente crisis de confianza, las empresas y autoridades reforzaron la seguridad y transparencia en centros de votación. En varios estados, gobiernos locales crearon páginas informativas sobre el sistema electoral, mientras que algunos condados aumentan la seguridad en centros de procesamiento de votos. En lugares como el condado de Maricopa, Arizona, las oficinas electorales ya cuentan con guardias armados y detectores de metales para evitar incidentes.
Pese a la desconfianza pública, Smartmatic y Dominion tratan de seguir comprometidas con la defensa de la integridad electoral en Estados Unidos. Cutter destaca que quienes trabajan en la industria, a menudo, no la abandonan fácilmente, no obstante las amenazas y tensiones de este trabajo incrementaron en los últimos años.
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