Ciudad de México,
A Amigon
Crédito foto: MIT News/iStockphoto
Gran parte de los esfuerzos internacionales durante 2020 e inicios de 2021 fueron para el análisis, desarrollo e investigación del virus SARS-CoV-2 así como para una vacuna en contra. Ahora, en un estudio realizado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se comprobó cómo las ondas de los ultrasonidos son capaces de colapsar y romper la estructura del coronavirus.
Cuatro ingenieros del MIT, Tomasz Wierzbicki, Wei Li, Yuming Liu y Juner Zhu buscaron los efectos de las ondas de ultrasonido en los receptos de la familia de coronavirus. El estudio fue publicado en el Journal of the Mechanics and Physics of Solids y describe las simulaciones por computadora realizadas para hallar el resultado.
A partir del conocimiento general sobre esta familia de virus al que pertenece el SARS-CoV-2 se sabía de la barrera de proteínas lipídicas y receptores en forma de coronas que la forman. Con esta información, el equipo del MIT modeló a computadora una estructura lo más cercana posible a cómo sería el coronavirus.
En el experimento, esta estructura del coronavirus fue expuesta a ultrasonido de 100 megahertz, en respuesta la barrera y los receptores se doblaron hacia adentro. Esto sucedió en una fracción de milisegundo, cuando las vibraciones externas resonaron con las oscilaciones naturales del virus.
"Hemos demostrado que bajo la excitación por ultrasonido, la capa y los picos del coronavirus vibrarán, y la amplitud de esa vibración será muy grande. Produciendo cepas que podrían romper ciertas partes del virus, causando daños visibles en la capa exterior y posiblemente daños invisibles en el ARN dentro. La esperanza es que nuestro documento inicie un debate en varias disciplinas", declaró Tomasz Wierzbicki, profesor de mecánicas aplicadas en el MIT y autor principal.
La simulación demostró que este fenómeno acústico de la resonancia fue aún más rápida con frecuencias de 25 y 50 MHz. Además, la estructura de coronavirus colapsó en aire y agua, un líquido con la misma densidad que los fluidos corporales.
Gracias a este descubrimiento, el equipo del MIT está trabajando con otros equipos internacionales para verificar su simulación en la realidad. De probarse las ondas de ultrasonidos como un tratamiento efectivo, podría realizarse a nivel global para evitar el contagio de más personas, sobre todo donde aún no llegan las vacunas. Los ingenieros ven a futuro este tratamiento como algo incluso disponible como escudo portátil si se permite enviar estas señales por dispositivos móviles.