Para reducir los efectos del cambio climático, el Acuerdo de París insta a las naciones a mantener el aumento de la temperatura global, para 2100, debajo de los 2 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales. Conseguir esto requiere de grandes esfuerzos y compromisos reales, por lo que es necesario evaluar cuál sería el costo de exceder esta temperatura límite. Incluso es necesario conocer los riesgos de exceder este límite, aunque se tenga la intención de bajar las temperaturas posteriormente, como algunos planes sugieren.
Muchos de estos planes asumen un cambio climático con un aumento de la temperatura por encima de 1.5 grados Celsius, o incluso 2°, antes de 2100. Estos planes dependen en gran medida de la adopción de técnicas de emisiones negativas de carbono, que implican la eliminación de dióxido de carbono de la atmósfera para bajar las temperaturas. Sin embargo, algunos expertos consideran esto una apuesta riesgosa por la incertidumbre del funcionamiento de la tecnología y las consecuencias irreversibles de este aumento de temperatura, aún siendo temporal.
Por esto, algunos estudios se han encargado de modelar las posibles consecuencias para el cambio climático tanto de reducir el aumento de temperatura como de sobrepasarlo o sobrepasarlo y después mitigarlo. Según un comunicado del Instituto internacional de análisis de sistemas aplicados (IIASA), una reducción rápida de las emisiones de gases de efecto invernadero de las próximas décadas podría eliminar la necesidad de recurrir a técnicas de emisiones negativas de carbono. En cambio, las temperaturas globales se estabilizarían en un nivel determinado alrededor del momento en que se alcance la huella de carbono cero.
De acuerdo al estudio publicado en la revista Nature Climate Change, minimizar el exceso de temperatura requiere inversiones mayores a corto plazo. Sin embargo, se proyecta como consecuencia un mayor crecimiento del producto interno bruto (PIB) en la segunda mitad del siglo. Para combatir el cambio climático es clave alcanzar una huella de carbono cero para la mitad del siglo (entre 2045 y 2065). Para esto, será necesario una fuerte reducción del uso de combustibles fósiles y al menos una ampliación de las opciones para eliminar el carbono de la atmósfera, afirman los investigadores.
En cambio, sobrepasar el límite de aumento de temperatura del Acuerdo de París, aunque posteriormente se mitigue el aumento y se consigan los objetivos para 2100, sería negativo. Según el estudio, esto aplazaría el alcance de la huella de carbono cero hasta 2060-2065, ocasionando un calentamiento adicional de entre 0.08 y 0.16 grados Celsius. En un segundo comunicado, el IIASA advierte un daño irreversible ocasionado por este cambio climático, con un efecto en la probabilidad de impactos físicos críticos, como los asociados con el calor extremo. Aunque este escenario también predice beneficios para el PIB en el largo plazo, estos beneficios no son tan notables como en un escenario donde no se sobrepasa el objetivo límite de temperatura.
Desafortunadamente, estos estudios consideran que las metas actuales no son suficientes para alcanzar ninguno de los dos escenarios. Los investigadores consideran necesario limitar el exceso de temperatura anticipando los esfuerzos de mitigación, con el beneficio de reducir los impactos importantes del cambio climático. Esto a su vez, reduce los costos de mitigación, con una serie de beneficios acumulados palpables sobre todo durante la segunda mitad del siglo.
Aunque parezca viable exceder los límites del aumento de temperatura del Acuerdo de París para después reducir la temperatura con técnicas de emisiones negativas de carbono, esto no está libre de riesgos. Los especialistas creen necesario concientizar sobre los efectos negativos que tendrá este cambio climático, aunque sea temporal, y recomiendan trabajar en una reducción más temprana de la temperatura global.