Inteligencia artificial diseña y escribe textos como si fuera humano

 21-07-2020
Álvaro Sánchez
   
Foto: Markus Spiske on Unsplash

Foto: Markus Spiske on Unsplash

La compañía especializada en inteligencia artificial (IA), OpenAI, desarrolló un software de IA capaz de crear páginas web, resolver ecuaciones, traducir textos en inglés a varios idiomas y escribir textos como notas periodísticas como si fuera humano con tan sólo recibir instrucciones precisas en inglés. El programa llamado GPT-3 es una interfaz de programación de aplicaciones (API) actualmente en versión beta con resultados sorprendentes.

GPT-3 es la nueva versión del software GPT-2 desarrollado por la empresa el año pasado. A comparación del anterior modelo el GPT-3 se compone de 175 mil millones de parámetros en su modelo de lenguaje, antes sólo con 1.500 millones. Para crear a esta nueva versión, los desarrolladores incorporaron al sistema más de 67 mil millones de libros públicos, 410 mil millones de textos en la red, además toda la información de Wikipedia (alrededor de 19 mil millones de publicaciones).

El sistema es capaz de traducir textos, programar páginas web, dar respuestas a preguntas simples y, por medio de un sistema de predicción, puede resolver tareas que requieren razonamiento y adaptación de dominio, como generar palabras en un texto, por ejemplo, el usuario escribe unas líneas y la IA lo completa, respetando el estilo inicial.

De igual manera, el sistema va desarrollándose por sí solo, recolectando información y creando preferencias de los usuarios. Los resultados de la herramienta han sido extraordinarios, según informa la empresa desarrolladora, pues indica "El GPT-3 puede generar notas periodísticas tan bien elaboradas que los expertos en el área tienen dificultades para distinguir si fueron escritos por una máquina o un humano".

A pesar de la innovación de esta herramienta, no sería la primera vez que un robot suplanta a un humano en una actividad creativa. Son diversos los ejemplos donde la inteligencia artificial ha logrado conquistar actividades que se creían exclusivas del ser humano.

Por una parte, está el proyecto Magenta, creado por investigadores de Brain y financiado por Google, donde una IA es capaz de desarrollar algoritmos para crear imágenes y dibujos animados; Sony creó una IA capaz de emular y hasta crear canciones al estilo de los Beatles; y un caso extraordinario es el de Aiva, creado por el francés Pierre Barreau, considerado oficialmente como el primer robot compositor que cuenta con derechos de autor y puede registrar sus producciones.

Resulta ya una realidad la fusión entre el poder creativo de los humanos y la IA. Estos proyectos tienen como objetivo explorar las posibilidades creativas de la IA y crear una red de artistas e investigadores que trabajen en equipo. La herramienta GPT-3 también tiene esta finalidad porque la empresa fue creada, según palabras de sus fundadores, Elon Musk y Sam Altman, como una compañía de investigación de IA sin fines de lucro con el único objetivo de desarrollar esta tecnología para beneficiar a la humanidad y mitigar los potenciales daños de esta.

Si bien el laboratorio de investigación OpenAI surgió sin fines de lucro, su nuevo software de Inteligencia artificial que diseña y escribe textos como si fuera humano es su primer producto comercial. Sus creadores indicaron haber tomado esta decisión con el objetivo de obtener recursos monetarios para continuar con sus investigaciones y ahora quienes deseen adquirirla pueden hacerlo en la página oficial de la empresa.




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