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Después de varios retrasos y pruebas abortadas, el 9 de diciembre fue el día que la Starship de SpaceX emprendió vuelo. En este sentido, el vuelo de prueba demostró las capacidades de la gigantesca nave; sin embargo, su aterrizaje fue un fracaso. La nave pensada para las próximas misiones humanas a Marte se desestabilizó y explotó al momento de tocar tierra.
Este prototipo SN8 de la Starship logró alcanzar los 12 kilómetros de altitud, luego descendió de vuelta a la plataforma de lanzamiento. Aún con la explosión que se generó por no conseguir frenar a tiempo para reducir su velocidad, esto representa un logro para la compañía de Elon Musk.
La explosión no resulta ser un problema para la compañía, pues desarrollan la nave en serie con diferentes prototipos para nuevas iteraciones, es decir, hay dos modelos casi listos para ser probados. Starship es la nave más grande y potente de SpaceX hasta el momento, pero no es la primera vez que presenta problemas.
En abril de 2020, el prototipo SN3 explotó durante la prueba de presión, siendo incapaz de resistir la prueba de presión de nitrógeno líquido. De igual forma, a finales de 2019, el prototipo SN1 se destruyó durante una prueba en los motores de propulsión criogénico.
Por el momento, SpaceX se ha convertido en la compañía líder en misiones espaciales, trabajando con viajes comerciales a la Luna y a Marte. En este sentido, la empresa trabaja con un sistema de transbordador espacial reutilizable, donde incluye las naves Super Heavy y los prototipos Starship. Este sistema tiene por objetivo transportar a 100 pasajeros y cargamentos mayores de 100 toneladas a la Luna y a la tierra marciana.
Musk, en una dinámica de preguntas y respuestas en Twitter, indicó que la fabricación de cientos de estos prototipos permitirá que un millón de personas viajen a Marte para 2050. Aún con la explosión en el aterrizaje, SpaceX logró poner en vuelo una nave de 5 mil toneladas, posicionando a Starship cada vez más cerca de Marte.
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