Ciudad de México ,
Juan Manuel Flores
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De acuerdo con un estudio realizado en la Universidad de Noruega de Ciencia y Tecnología, Suecia es el país que más discrimina a personas con nombres de origen extranjero. Mediante un experimento, se definió cómo interviene el nombre de una persona para integrarse a ciertos contextos, entre ellos el deportivo.
Los deportes pueden ser una oportunidad para encajar en una comunidad e interactuar con esta en igualdad de condiciones; sin embargo, los prejuicios sociales son un factor que dificulta la integración de los inmigrantes. El experimento realizado por la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU, por sus siglas en noruego) determinó que, en algunos países, las personas con nombres extranjeros sufren rechazo en contextos deportivos.
En el estudio, los investigadores se hicieron pasar por mujeres que querían realizar pruebas en clubes de fútbol de Noruega, Dinamarca y Suecia. En total, enviaron mil 141 correos electrónicos con perfiles ficticios para ponerse en contacto con más de 200 clubes en cada país. Los nombres utilizados para firmar los emails estaban divididos en tres categorías: nativos tradicionales, originarios y minoritarios regionales. Al analizar los datos, se concluyó que el recibir o no respuestas difería según el tipo de nombre.
Si bien pocas respuestas emitidas por los clubes fueron directamente negativas, la mayoría no obtuvo réplica, los investigadores clasificaron esto como una respuesta negativa. Para Tor Georg Jakobsen, profesor de la NTNU, la suposición de que no contestar aminora el riesgo del solicitante de enfrentarse a opiniones negativas es incorrecta, pues es indicador de una tendencia para evitarlas y provoca el efecto contrario.
La tendencia de discriminación fue mayor en Suecia, pues los perfiles aceptados con nombres procedentes de este país fueron 77, mientras que los perfiles con nombres finlandeses (73), polacos (65) e iraquíes (62) tuvieron menor índice de respuesta. Según Jakobsen, la diferencia entre los nombres suecos y finlandeses no es significativa, pero en contraste con los iraquíes la distancia cultural es mayor.
Por otro lado, en Noruega y Dinamarca, las respuestas positivas hacia los perfiles con nombres polacos y lituanos fue ligeramente menor, mas no significativa. Además, los nombres somalíes, tuvieron el mismo espectro de consideración que los nombres noruegos.
Cornel Nesseler, profesor afiliado a la NTNU, ha realizado experimentos similares, en ellos, los perfiles de hombres que solicitaron entrar a un equipo de fútbol tuvieron menos posibilidades de ser aceptados cuando tenían nombres extranjeros. Las respuestas negativas (incluido el no recibir respuesta) tuvieron un mayor índice en jugadores con nombres de origen africano, lituano o de países no escandinavos.
Por lo cual, podría considerarse, las relaciones y contactos en el fútbol son más positivas en mujeres. Sin embargo, el profesor afiliado señala que las variables de los experimentos dificultan la comprobación de esta hipótesis, pues intervienen factores como la demanda de jugadores, la infraestructura deportiva de cada país, los presupuestos de los equipos, entre otros.