Ciudad de México,
Juan Manuel Flores
Crédito foto: Gustavo Torres (NotiPress)
El glifosato, herbicida ampliamente utilizado en la agricultura, ha sido objeto de un debate prolongado a nivel nacional. Dadas las especulaciones y señalamientos en torno a sus posibles repercusiones negativas, tanto en el medio ambiente como en la salud pública.
Teniendo en cuenta el supuesto peligro que el uso de este implica para organismos vivos y el ambiente, el Gobierno de México publicó en 2020 un decreto para sustituir gradualmente dicho herbicida. Esta medida fue calificada por el propio Gobierno como "un paso fundamental hacia la preservación de la biodiversidad y la agrobiodiversidad protegida de los pueblos originarios y pueblos campesinos". Sin embargo, asociaciones y organismos de diversas verticales señalan que la prohibición del glifosato amenaza la seguridad alimentaria del país.
Protección, Cultivos, Ciencia y Tecnología (PROCCYT) estima que la prohibición de este herbicida podría provocar la pérdida del 49% de la producción actual de cultivos clave. Tales como el aguacate, caña de azúcar, tomate rojo, chile verde, agave, sorgo de grano, alfalfa, frijol, espárrago, naranja y limón.
Al respecto, Luis Osorio, director ejecutivo de PROCCYT señala, "la producción de alimentos en México enfrenta desafíos considerables, dado el constante crecimiento de la población, los productores de alimentos no han logrado satisfacer la demanda". Dado este panorama, la PROCCYT considera la prohibición del glifosato agravará la situación.
"El sector agroalimentario, que representa 8.3% del PIB de México, se verá afectado por cualquier reducción en la producción agrícola", destaca Osorio. De acuerdo con los señalamientos del director ejecutivo, esto tendría efectos negativos tanto en la seguridad alimentaria del país como a nivel económico, de generación de empleos y para el consumidor.
Aunado a ello, PROCCYT anticipa un crecimiento económico lento para el sector agroalimentario en 2024. Lo cual impactará negativamente en los sectores de alimentos, bebidas y tabaco. Dado este panorama, Osorio resalta la necesidad de implementar y promover prácticas agrícolas alternativas y sostenibles. Las cuales se ejecuten en beneficio de la seguridad alimentaria de los mexicanos.