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Las ventas de los robots colaborativos han ido en aumentado año con año desde 2018, según informa la Federación Internacional de Robótica. Aunque su uso en la industria aún es bajo a comparación con los clásicos robots industriales, diversos expertos aseguran, la robótica colaborativa está impulsando una revolución de fabricación, ya que representan un buen primer paso en este sector para todas las compañías incapaces de invertir grandes cantidades de capital en infraestructura tecnológica y por la gran adaptabilidad de estas máquinas, lo que las ha llevado a desempeñarse en nuevas áreas como la industria de alimentos y bebidas, bienes de consumo, ciencias biológicas, electrónica y empaquetado.
El costo de la robótica está disminuyendo y se espera, su uso probablemente se duplicará en los próximos 10 años. Diversas son las razones por las que se está expandiendo su uso. Por la parte de las operaciones, reducen costos, aumentan la seguridad, incrementan la producción y la calidad y, por la de las estrategias, los robots vuelven más eficiente la línea de producción, programarlos es más fácil y como ahora cuentan con sensores propulsados por inteligencia artificial (IA), estos aprenden automáticamente y la reprogramación es mínima. Además, por su flexibilidad de reprogramación, son preferibles a los clásicos robots industriales.
A pesar de todos estos beneficios y los votos positivos de los expertos, las empresas aún tienen sus reservas al utilizar este tipo de tecnología. Diversas son las creencias aún imperantes que impiden a los empresarios utilizar robots colaborativos.
Una de ellas es, los robots quitan trabajos y sustituyen a los trabajadores. Esto es falso, asegura Miguel Poyatos, director del Programa Ejecutivo de Industria 4.0 de la Escuela de Organización Industrial. Argumenta, para que un robot colaborativo trabaje bien en la industria es necesario verificar primero su necesidad en el proceso de producción, ya que estas máquinas son ayudantes de trabajadores, no sus reemplazos. Además, no se operan solas, una persona capacitada debe programarlas y operarlas.
Muchas veces el miedo a hacer una mala inversión retrasa la implementación de nueva infraestructura. Otra creencia falsa reside en que la inversión en estas máquinas no trae a la empresa un retorno sobre la inversión aceptable. Sin embargo, por lo general, el retorno de la inversión regresa en dos años e incluso algunas compañías lo obtienen en menos de un año, señala Manuel Sordo, General Manager para Latinoamérica de Universal Robots.
Finalmente, otro hecho es que varias empresas desconocen la reprogramabilidad de este tipo de robots y no los creen rentables para el proceso de producción. Varias compañías los comparan con los antiguos robots monotarea, no obstante, los colaborativos son altamente reprogramables y pueden reutilizarse en tareas diversas; algunos tienen incluso capacidad de aprendizaje gracias a la IA y el deep learning. Al respecto, comenta Borja Coronado, CEO de CFZ Cobots, hoy en día se usan cada vez más en la construcción, logística y en la medicina, por su flexibilidad se pueden adaptar a varias ramas y se reprograman rápidamente garantizando incluso la seguridad de la persona que trabajará con ellos.
Hace algunos años, los expertos no esperaban que los robots pudieran trabajar mano a mano con el hombre, ahora con avances en inteligencia artificial, realidad aumentada y aprendizaje automático, los robots ya no son sólo una herramienta más en la industria, sino una fuerza más en la fabricación. Estos ayudarán a hacer más fácil el trabajo, pues están diseñados para compartir el espacio con los humanos; pero, para que la robótica colaborativa aumente y se genere una revolución de fabricación, será necesario una nueva cultura y procesos diferentes para implementar la fabricación inteligente.
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