Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) se convirtió en una preocupación a escala mundial. De acuerdo con las estadísticas, 3.500 personas mueren por día a causa de estas superbacterias. El tema adquirió tal relevancia que ocupó un lugar en la agenda de Asamblea General de Naciones Unidas. Durante la reunión, los Estados miembros pactaron un acuerdo avocado a combatir esta enfermedad considerada como un "asesino invisible".
Cuando no se logran desarrollar suficientes medicamentos nuevos y se hace un mal uso de los existentes, la resistencia de diferentes organismos como bacterias, virus, hongos o parásitos crecen más rápido que la capacidad para combatirlos, lo cual desemboca en muchas infecciones comunes que antes eran tratables, pero luego se vuelven más peligrosas, incluso fatales. Esta situación encendió las alarmas a nivel mundial por lo cual, varias organizaciones se comprometieron a combatir la RAM.
El acuerdo realizado el 26 de septiembre entre los miembros de Naciones Unidas tiene como primer objetivo reducir para 2030 al menos 10 % las muertes atribuibles a la RAM. Para eso, se formará un grupo de colaboración entre la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultuta (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) cuya misión es supervisar la implementación del Plan de Acción Mundial y los resultados de la declaración política.
Las organizaciones aseguraron que requieren de una financiación de 100 millones de dólares para ayudar a los países de ingresos bajos y medianos para que cuenten con planes de acción nacionales que resulten debidamente financiados. Entre las principales metas establecidas, se destaca que al menos el 70% de los antibióticos utilizados en la salud humana a nivel mundial pertenezcan al grupo de acceso de la OMS, conformado por medicamentos con efectos secundarios reducidos y bajo riesgo de generar RAM.
Asimismo, la declaración subraya la necesidad de que, para 2030, el 100% de los países cuenten con servicios básicos de agua, saneamiento e higiene en sus centros de atención sanitaria. También se espera que el 90% de los países cumplan con los requisitos mínimos de la OMS para los programas de prevención y control de infecciones.
Compromisos en agricultura y medio ambiente
Sobre la agricultura y la sanidad animal, se establece como meta la reducción significativa del uso de antimicrobianos en los sistemas agroalimentarios para 2030. Los antimicrobianos, que incluyen bactericidas, fungicidas y pesticidas, son ampliamente utilizados en la producción agrícola para prevenir enfermedades en plantas y estimular el crecimiento animal. La declaración aboga por adoptar estrategias preventivas, como la vacunación, las buenas prácticas ganaderas y el saneamiento adecuado.
En el ámbito medioambiental, la OMS subraya la urgencia de prevenir el vertido de antimicrobianos en el entorno. Según Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), "el medio ambiente juega un papel clave en la propagación de la RAM, incluida la transmisión entre humanos y animales".
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, destacó que los avances logrados con los antimicrobianos, desde el descubrimiento de la penicilina, están en peligro debido a la resistencia. Si los compromisos adoptados se traducen en acciones concretas, "podrán rastrear y frenar la resistencia, aumentar el acceso a medicamentos y fomentar el desarrollo de nuevos antimicrobianos".
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