Ciudad de México,
Andrés Zimbrón
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Una publicación científica de la revista Communications Earth & Environment reveló, los supervolcanes pueden representar una amenaza aún después de tener miles de años de inactividad. En este sentido, su poder es tal que, las condiciones y procesos magmáticos durante el periodo de recuperación pueden ser catastróficas, de acuerdo con los investigadores.
Numerosos supervolcanes en el mundo como el Toba Caldera en Sumatra (Indonesia), producen las erupciones más grandes de la Tierra. Bajo ese contexto, los especialistas de la Universidad de Curtin en Australia señalan, estos permanecen activos incluso después de una gran erupción. "Obtener una comprensión de esos largos periodos de inactividad determinará lo que estamos buscando, analizar a profundidad la actividad de los supervolcanes", afirmó Martin Danisik, autor del estudio.
De acuerdo con el equipo de trabajo de Danisik, cuando los supervolcanes explotan, pueden expulsar olas mortales de roca caliente fundida en todas direcciones. Según sus resultados, las explosiones son un fenómeno global y las enormes columnas de ceniza producidas por una erupción masiva pueden extenderse hasta llegar a la atmósfera superior de la tierra.
Cuando este fenómeno natural surge, los científicos lo llaman "Invierno Volcánico". Es decir, al ocurrir una explosión, todo el material magmático y las cenizas crean una nube que bloquea la luz solar. Para entender mejor la latencia del supervolcán, los geólogos analizaron los minerales de feldespato y circón en el magma depositado por la supererupción de Toba hace 75 mil años.
Al estudiar también los gases de argón y helio atrapados en los antiguos depósitos minerales, los investigadores pudieron reconstruir el pasado de Toba. Ello lo lograron a través de la recopilación de datos geocronológicos, inferencia estadística y modelo térmico con el cual se analizó el magma. "Aprender cuándo y cómo se acumula el magma una vez expulsado a la corteza terrestre es fundamental para comprender el fenómeno de los supervolcanes", explicó el científico.
Si bien, una supererupción puede tener un impacto regional y global, la recuperación de un desastre natural de esa magnitud podría tomar décadas o incluso siglos. Por ello, los resultados de los científicos de la Universidad de Curtin muestran el peligro latente de los supervolcanes y la magnitud de las consecuencias que conlleva un fenómeno natural así.
Tradicionalmente, los geólogos buscan magma líquido debajo de los volcanes para evaluar su potencial de erupción catastrófica. No obstante, los últimos hallazgos sugieren que los supervolcanes siguen siendo una amenaza incluso cuando no hay magma líquido en su interior. Asimismo, estos pueden ser protagonistas de una erupción masiva. Sin embargo, las probabilidades de que esto ocurra son una cada 17 mil años.