Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La inteligencia artificial (IA) está redefiniendo los modelos empresariales y las habilidades necesarias para prosperar en el nuevo entorno laboral. Ante este cambio vertiginoso, desarrollar el pensamiento crítico se vuelve esencial, no solo para interpretar la información generada por las herramientas digitales, sino también para garantizar que su aplicación sea ética, precisa y efectiva. Así lo destacó un análisis publicado por Forbes, que explora cómo enfrentar los desafíos que impone la revolución tecnológica.
Si bien la IA permite lograr resultados con mayor rapidez y eficiencia, confiar ciegamente en sus respuestas puede conducir a errores significativos. En palabras del medio, "si creemos firmemente en lo que nos dice un programa, podríamos estar tomando malas decisiones", una advertencia crucial en tiempos donde el contenido generado por algoritmos aún puede incluir imprecisiones o sesgos.
El informe cita estudios como el de la Universidad de Harvard, que estima que, para 2027, más del 80% de las empresas habrán implementado IA en alguna forma. Este dato subraya la urgencia de preparar a los trabajadores no solo en el manejo técnico de estas herramientas, sino también en su comprensión crítica. Esto implica saber analizarlas, cuestionarlas y decidir cuándo su uso es pertinente.
Un ejemplo destacado de formación adaptativa proviene de la Universidad de Dartmouth, que implementó el modelo de "sprints", el cual consta de sesiones intensivas y colaborativas de capacitación. Estos módulos fomentan el aprendizaje práctico, el juicio crítico y la experimentación con propósito. Cada sprint se enfoca en enfrentar situaciones reales con ayuda de la IA, promoviendo el análisis reflexivo y la integración creativa de herramientas tecnológicas.
Las estrategias más valoradas dentro de este modelo incluyen:
En definitiva, las herramientas de IA no son un obstáculo sino que pueden ser un propulsor del pensamiento crítico. Para explotar la IA con ese fin, una recomendación es simular contextos reales con distintos puntos de vista, ya sea desde la perspectiva de un cliente o del CEO de una compañía, y cuestionar las respuestas que genera la IA. Esta práctica permite convertir el uso de tecnologías emergentes en una ventaja competitiva genuina, no solo para el chatbot sino también para el desarrollo personal.