Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Tomar una ducha puede ir más allá de una rutina diaria, según estudios recientes, esta actividad puede estimular la creatividad. Zachary Irving, profesor de filosofía en la Universidad de Virginia, exploró este fenómeno en su estudio publicado en 2022. La investigación revela que actividades poco demandantes, como ducharse, permiten a la mente divagar y generar nuevas ideas. Este fenómeno, conocido como el "efecto ducha", ocurre porque la mente entra en un estado de vagabundeo mental.
Este concepto de deambulación mental se refiere a un estado en el cual la mente se encuentra libre de presiones y distracciones intensas, permitiendo la libre asociación de ideas. Según Irving, centrarse intensamente en la resolución de problemas, limita la visión creativa, por eso, el vagabundeo permite el surgimiento de conexiones inesperadas entre ideas. Lo discutido por Irving se alinea también con las observaciones de otros expertos. Por ejemplo, el psicólogo Scott Barry Kaufman, autor de Wired to Create, argumentó cómo la creatividad a menudo surge cuando estamos en un estado relajado, donde las ideas pueden fluir sin restricciones.
Otro estudio publicado en la revista Psychological Science por Mathias Benedek refuerza los argumentos anteriores y confirma que realizar tareas rutinarias puede inducir una mayor creatividad. Estos investigadores encontraron que las actividades automáticas y sin esfuerzo, como bañarse o caminar, pueden fomentar la libre asociación de ideas, facilitando la aparición de soluciones innovadoras a problemas complejos.
Desde la perspectiva de la neurociencia, Teresa Amabile, profesora de psicología en la Universidad de Harvard, señala que el estado relajado y sin presiones experimentado en actividades como ducharse puede reducir el estrés, mejorando a su vez el pensamiento creativo. La relajación ayuda a liberar la mente de las preocupaciones y el enfoque rígido, permitiendo un flujo más libre de ideas. Además, investigaciones realizadas por el Instituto de Ciencias Cognitivas en Londres descubrieron que el simple hecho de realizar actividades repetitivas y automáticas puede facilitar el pensamiento divergente, un componente crucial de la creatividad.
Todo lo anterior indica cómo bañarse puede ser mucho más que una actividad de higiene personal. Cada ducha nos presenta con una oportunidad para dar a la mente un espacio de relajación y explorar nuevas ideas. Por lo que se puede convertir este espacio personal en una incubadora de innovación.
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