Ciudad de México,
Tony Ortiz
Crédito foto: INBA
La noche de este 8 de abril la comunidad teatral sufrió la pérdida de uno de los más importantes dramaturgos del siglo XX. Tomás Urtusástegui falleció a la edad de 87 años. Originario de la Ciudad de México, nació en 1933 y aunque se recibió de médico cirujano y dedicó gran parte de su vida a la medicina, el teatro tocó a su puerta a la edad de 50 años y él lo adoptó como parte fundamental del resto de su vida. Tuvo la oportunidad de formarse con grandes maestros del gremio teatral como Vicente Leñero y Hugo Argüelles.
Con una prolífica obra que comprende más de 300 textos teatrales es uno de los dramaturgos más montados tanto dentro de México como alrededor del mundo, en países como Estados Unidos, Aruba, Holanda, Japón, España y Chile, entre otros. Entre sus obras más representativas se encuentran El árbol del tiempo, El poder de los hombres, La canción del sapito cro cro, ¿Sabes?, voy a tener un hijo, La duda, Sangre de mi sangre y Cupo limitado.
Recibió múltiples reconocimientos y premios por parte de la crítica y en 2005 fue condecorado con el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón que entregan la Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y el Gobierno del Estado de Guerrero a dramaturgos cuya trayectoria ha enaltecido el teatro en México. También fue distinguido con las llaves de la ciudad de Dallas Texas y la medalla Mi vida en el teatro de la Unesco en el año 2000. Formó parte del Sistema Nacional de creadores de arte del Fondo Nacional para la cultura y las artes (FONCA).
Siendo reconocido a nivel internacional, impartió cursos de escritura dramática en países como Guatemala y Uruguay, así como a lo largo y ancho de la república mexicana.
Interesado en compartir su experiencia con los dramaturgos nóveles y personas que quisieran iniciar una carrera como escritores teatrales publicó su manual de dramaturgia en cuya introducción encontramos estas palabras: "El teatro, como muchas otras cosas de la vida, no se aprende sólo con teorías, es necesario aplicar éstas. La práctica, el estar escribiendo continuamente, es desde mi punto de vista mucho más importante que cualquier otro método de enseñanza".
Diversos sectores de la comunidad teatral no han dejado de despedirse y rendir honores a través de redes sociales reconociendo el gran trabajo que realizó el dramaturgo durante casi 30 años. La comunidad teatral ha sufrido una pérdida con el fallecimiento del maestro Tomás Urtusástegui.