Ciudad de México,
Patricia Manero
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Salas de espera llenas, brotes respiratorios recurrentes, alertas sanitarias: la sensación de que "hay más enfermedades" se ha instalado con fuerza en la conversación cotidiana. Pero, ¿realmente hay más virus que antes o simplemente los vemos más? La respuesta es compleja, y según expertos, está relacionada con el crecimiento urbano, los avances médicos y la hiperconectividad de nuestros tiempos.
La doctora Carmen Mota, pediatra infectóloga, abordó esta percepción durante una entrevista en el programa Buenos Días RD. "Las infecciones siempre han existido, lo que pasa es que ahora somos más personas, vivimos más juntos, y además tenemos más herramientas para detectarlas con nombre y apellido", explicó.
Uno de los factores clave es la densificación poblacional. "Donde antes había tres casas, ahora hay un residencial con 32 apartamentos. Eso multiplica la cantidad de personas que pueden enfermarse y contagiarse entre sí", señaló la especialista, haciendo referencia al crecimiento acelerado de zonas urbanas.A eso se suma el acceso a nuevas pruebas diagnósticas. "Antes decíamos: ‘una gripe mala’. Ahora, con una prueba rápida sabemos si es influenza A, rinovirus o Covid-19. No es que haya más virus, es que los podemos identificar con precisión", comentó Mota.
Pero también influye el factor comunicación. La información viaja rápido, muy rápido. Las redes sociales, medios digitales y plataformas de salud en línea informan en tiempo real sobre enfermedades que circulan en otros países, generando una sensación constante de amenaza. "Hay mucha información basura, sí, pero también hay más canales confiables. Eso hace que estemos más conscientes —y a veces más alarmados— de lo que ocurre", afirmó la doctora.
La conclusión es clara: sí, hay más diagnósticos, más exposición y más personas viviendo en espacios reducidos. Pero eso no siempre significa que haya más enfermedades que antes.En ese contexto, los expertos llaman a mantener una actitud proactiva, sin caer en alarmismos. "Buena alimentación, hidratación, actividad física, higiene, evitar la automedicación y sobre todo, vacunación oportuna. Son medidas simples que hacen una gran diferencia", recordó Mota.
La percepción puede ser abrumadora, pero también es una oportunidad: al entender mejor cómo funcionan los virus y cómo prevenirlos, la población puede asumir un rol más informado y menos temeroso ante los desafíos de la salud pública actual, sugiere la experta.