Ciudad de México,
Jorge Cerino
Crédito foto: Mat Napo en Unsplash
Muchos países de bajos ingresos mantienen una tasa de vacunación baja contra la Covid-19, mientras unas cuantas naciones de la minoría más rica comienzan a aplicar vacunas de refuerzo a un sector de su población, Específicamente, sólo un 1.3% de las personas en países de bajos ingresos ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra Covid-19, según la estadística de Our World in Data. Pese a ser una realidad distante para algunos, esto puede ser un problema global, ya que científicos advierten de un aumento de casos y surgimiento de nuevas variantes resultado de esta desigualdad y el acaparamiento.
Según un estudio publicado en la revista Science, territorios con brotes graves de Covid-19, como Perú o Sudáfrica, han recibido pocas vacunas. En comparación, muchas dosis se han destinado a países que experimentan impactos pandémicos comparativamente más leves, en términos de mortalidad o de dislocación económica. En consecuencia, mientras las contagios disminuyen en las zonas con alta incidencia de vacunación, los brotes resurgen o continúan en aumento en países con baja aplicación de vacunas.
Con esto en mente, los investigadores decidieron explorar el efecto de distintos esquemas de intercambio de vacunas sobre los niveles globales de casos de Covid-19. Mediante modelos matemáticos, el estudio abordó estas posibilidades, así como la de evolución de nuevas variantes del virus SARS-CoV-2.
Los investigadores modelaron distintos regímenes de vacunación en dos regiones modelo, una con alto acceso a vacunas y de otra con bajo acceso. Para su análisis, los modelos permitieron acoplar las regiones mediante la importación de casos o la evolución de nuevas variantes en una de las regiones. Los científicos confirmaron que en la región de alto acceso disminuyó la severidad de las infecciones, con un consecuente alivio significativo en los sistemas de salud pública. Por otro lado, en la región de bajo acceso, un número más elevado de casos se relacionó además con más hospitalizaciones y un impacto mayor en los sistemas de salud pública.
Pero además, con una mayor transmisión del virus en la región de bajo acceso a vacunas, el modelo comprobó un mayor riesgo de surgimiento de nuevas variantes del SARS-CoV-2. Según los investigadores, el surgimiento de nuevas variantes puede tener un papel cada vez más importante sobre los niveles de transmisión. Esto debido a que algunas variantes podrían amenazar los esfuerzos de inmunización a nivel mundial, ya sea por una mayor transmisibilidad, una menor eficacia de las vacunas o por un escape inmunológico. Un enfoque de vacunación mundial equitativo reducirá la carga clínica de las nuevas variantes, mientras disminuye la probabilidad de surgimiento de otras nuevas, afirman los investigadores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó recientemente contra el acaparamiento de vacunas y en particular pidió a las naciones de altos ingresos postergar la aplicación de dosis de refuerzo. Ante la desigualdad existente de vacunas aplicadas en regiones de bajos ingresos, la OMS exhortó a las naciones más ricas a no continuar con el acaparamiento de la mayor parte del suministro mundial de vacunas.
Si bien son evidentes los problemas éticos del acaparamiento de vacunas, cuando gran parte de la población mundial no tiene acceso a ellas, es importante resaltar las consecuencias en términos científicos. En este sentido, la comunidad científica coincide en el despropósito del acaparamiento y de mantener altos niveles de vacunación en las pocas naciones ricas, mientras el aumento de casos de Covid-19 en el resto del mundo podría resultar en el surgimiento de nuevas variantes que escapen a la inmunización de las vacunas.