Ciudad de México,
Fernanda Martínez
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Cada 21 de marzo se conmemora el Día Internacional del Bosque para crear conciencia de la importancia de cuidar y preservar las áreas forestales y con ello la supervivencia de las especies. Cada año se selecciona un lema para celebrar la fecha y para el 2023 se determinó que sería Bosques y Salud.
Tras una recomendación del Congreso Forestal Mundial de 1969, celebrado en Roma, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en diciembre de 2021 la conmemoración. La fecha se decidió porque coincide con la entrada de la primavera en el hemisferio boreal y con el otoño en el austral.
Considerando el impacto significativo de los bosques en la salud humana, este año se decidió realizar un tributo a ambos aspectos. En primer lugar, los bosques son sumideros de carbono y producen oxígeno, ayudando a mejorar la calidad del aire respirado. La contaminación del aire en las zonas urbanas es un problema grave de salud pública.
No obstante, en 2021, los bosques tropicales perdieron 11.1 millones de hectáreas de cobertura arbórea, una extensión del tamaño de Cuba, de acuerdo con Global Forest Watch. De esa pérdida, 3.75 millones de hectáreas corresponden a bosques primarios tropicales, áreas clave para el almacenamiento de carbón y biodiversidad.
Según la plataforma, la pérdida de bosques tropicales primarios generó 2.5 Gt de emisiones de dióxido de carbono en 2021. Lo anterior equivale a la emisión anual de combustibles fósiles de India.
Además, purifican agua y reducen la erosión del suelo, ayudando a mantener la calidad de agua en ríos y arroyos. Igualmente, son importante en la recarga de acuíferos subterráneos, los cuales son una de las principales fuentes de agua potable en algunas regiones.
También son esenciales para la conservación de la biodiversidad, pues proporcionan hábitats a diversas especies de animales y vegetales. La biodiversidad es indispensable para mantener la salud del ecosistema, lo cual tiene un impacto favorable en la salud humana.
La pérdida de bosques primarios en los trópicos se mantiene constante desde hace cuatro años. Si bien, en 2021 perdieron 11 por ciento menos, con respecto al año anterior, eso sucedió tras un aumento del 12% entre 2019 y 2020.
Tener contacto con la naturaleza puede reducir su estrés, ansiedad y depresión, pues sirven de espacios para caminar o relajarse con el entorno natural.
Actualmente, Brasil es el país con mayor cantidad de bosques primarios, pero también el que más pérdidas registra. Solamente el año pasado, el gigante sudamericano produjo el 40% de la pérdida total de bosques tropicales primarias del mundo, siendo la Amazonia la región más afectada.