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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de la mitad de los casos de cáncer de mama ocurren en mujeres sin algún factor de riesgo específico, más allá del sexo y la edad. No obstante, la comunidad médica sí ha identificado factores de riesgo que incrementan la posibilidad de padecer esta enfermedad, algunos de ellos modificables y otros no.
Entre los factores de riesgo no modificables se encuentra el hacerse mayor o tener antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés). Los antecedentes personales de cáncer de mama también aumentan la probabilidad de padecer la enfermedad en una segunda ocasión, junto a otras enfermedades no cancerosas de las mamas.
Asimismo, los tratamientos previos con radioterapia en el pecho, antes de los 30 años, incrementan la posibilidad de desarrollar este padecimiento. Finalmente, tener mamas densas también dificulta la detección de tumores en una mamografía y aumenta las probabilidades de cáncer de mama, junto a empezar a menstruar antes de los 12 años y empezar la menopausia después de los 55 años.
La genética también suele considerarse un factor de riesgo no modificable, como es el caso de mutaciones en genes como el BRCA1 y el BRCA2. No obstante, existen estudios genéticos para identificar estas mutaciones y tomar medidas de prevención, que en mujeres mayores de 30 años incluye estudios rutinarios con resonancia magnética mamaria de alta sensibilidad.
En entrevista exclusiva para NotiPress, el doctor Ernesto Sánchez, médico especialista en cirugía oncológica del Centro Médico ABC, resaltó que esta vigilancia activa no existía treinta años atrás. Entonces era común recurrir a una mastectomía para reducir el riesgo en pacientes con tales mutaciones genéticas. Aunque esto aún puede suceder en ciertos casos, el doctor resaltó los avances quirúrgicos y los nuevos métodos de reconstrucción cada vez más adecuados para quienes necesitan recurrir a este procedimiento.
Respecto a los factores modificables, señaló que el sobrepeso y la obesidad pueden resolverse mediante la intervención de nutriólogos y advirtió que el tabaco y el alcohol aumentan significativamente la probabilidad de cáncer de mama. También se consideran un riesgo prevenible los factores hormonales, por lo cual, suelen evitarse terapias de reemplazo hormonal en la postmenopausia, cuando hay antecedentes familiares de este padecimiento.
Similarmente, los anticonceptivos hormonales elevan las probabilidades de desarrollar esta enfermedad cuando se usan ininterrumpidamente por más de diez años, advierte el especialista. Las terapias para la fertilidad también suelen llevarse con precaución en pacientes con factores de riesgo. Detectar tempranamente el cáncer de mama es crucial para mejorar las probabilidades de supervivencia de la paciente. En este sentido, conocer los factores que aumentan el riesgo de este tipo de cáncer es clave, pues permite tomar medidas preventivas con base en el perfil de riesgo individual.
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